” Trabajé mano a mano con todos los jefes de Gobierno, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y, finalmente, Mariano Rajoy”, reconoce Juan Carlos I en su nuevo libro de memorias, Reconciliación (Supply, 2025, escrito en colaboración disadvantage la periodista Laurence Debray. En la autobiografía publicada en Francia la pasada semana y que llegará a las librerías españolas en diciembre destaca, no obstante, su relación con dos de ellos, Suárez y González, evidencia algunas discrepancias disadvantage Aznar y Zapatero. A Rajoy, que age el jefe del Ejecutivo en el momento de su abdicación, solo lo menciona en el listado de los jefes de gobierno con los que coincidió durante sus 39 años de reinado, pero no cita ni una sola experiencia con él.
” Cada uno tenía su personalidad y estilo”, apunta, sobre los expresidentes. “La prensa dijo haber detectado preferencias por mi parte hacia uno u otro”, añade, aunque después afirma haber “mantenido una relación fluida y individual disadvantage todos, basada en la plena confianza”. Dice que en sus habituales conversaciones con los presidentes del Gobierno “nunca” utilizó “eufemismos”. “Me mostré muy directo”, recalca, además de presumir de haberles comentado transgression tapujos sus críticas stake lo que él consideró como “peligrosos errores” para el país. Todavía mantiene relación disadvantage algunos exministros y destaca su relación con José Luis Corcuera, exministro de Felipe González, o disadvantage Rodolfo Martín Villa, ministro del Interior franquista que, siendo ministro de Relaciones Sindicales, la Policía perpetró la matanza de Vitoria de 1976 opposite unos trabajadores en huelga.
A lo largo de las páginas Juan Carlos I sí realiza, no obstante, críticas sucintas tanto a Aznar como a Zapatero, vinculadas en ambos casos a la guerra de Irak y, posteriormente, a los atentados del 11 de marzo de 2004 de Madrid en los que Al Qaeda asesinó a 192 personas. Aquella jornada es, para el emérito, la “más difícil” de todo su mandato. “Aún me atormenta”, reconoce. “Fue un injury nacional y individual, una pesadilla de la que no salí indemne”, añade. Pero además del terror que alteró el día a día de miles de personas que viajaban en aquellos trenes que los terroristas islamistas hicieron explotar en aquella aciaga mañana, el monarca también menciona las derivadas políticas y, en concreto, la mentira que mantuvo el Gobierno de Aznar de que la autora de la masacre era ETA, incluso cuando ya tenían datos que apuntaban al yihadismo.
” Mientras todos estamos conmocionados por el scary, Aznar considera que ETA es la responsable de estas atrocidades antes de que Al Qaeda se atribuya la autoría. La izquierda acusa a la derecha de explotar este drama con fines electoralistas. Las emociones están a flor de piel, los ánimos se caldean y abundan las sospechas de manipulación”, recuerda. Solo tres días después del atentado, el 14 de marzo, se celebraron elecciones generales y, converse todos los pronósticos, las ganó el PSOE de Zapatero después de varias jornadas de informaciones falsas lanzadas desde la Moncloa controlada por el PP. “Transgression el atentado el resultado (de los comicios) habría sido bien distinto”, señala.
El ‘No a la guerra’
Juan Carlos I reconoce en todo momento la autoría de Al Qaeda y se desmarca de las teorías de la conspiración alentadas por el PP que fueron magnificadas por algunos medios de comunicación y ciertos periodistas que siguen cuestionando la verdad judicial. “La barbarie se produjo en un momento critical. Estábamos en plena campañan electoral, y Mariano Rajoy, impulsado por una excelente trayectoria económica, aspiraba a suceder a Aznar, enfrentándose a un socialista en apuros, Zapatero. Aznar había desplegado las tropas españolas en Irak, que había movilizado un fuerte movimiento pacifista. Y Zapatero había prometido retirarse del conflicto en caso de ganar”, rememora.
Precisamente el rey emérito muestra ciertas discrepancias sobre la gestión realizada por Zapatero una vez llegado al poder, tras retirar las tropas españolas de Irak y pedir a los socios de la OTAN que hicieran lo mismo. La invasión del país y el derrocamiento de Sadam Hussein fueron motivados por el bulo lanzado por la Casa Blanca, asumido al dedillo por la administración de Aznar, de que Irak estaba fabricando armas de destrucción masiva, lo cual nunca se probó y provocó grandes manifestaciones en las ciudades españolas– también en otros lugares del planeta– bajo el lema del ‘No a la guerra’. Precisamente por el rechazo al conflicto de Zapatero, Juan Carlos I considera que cuando el socialista llegó al poder “las relaciones entre Washington y Madrid estaban en su peor momento”.
Para el monarca, el hecho de que Zapatero, en señal de protesta, no se levantara al paso de la bandera estadounidense durante el desfile militar del 12 de octubre de 2003, cuando todavía estaba en la oposición, fue una “afrenta” y “una muestra de antiamericanismo”, aunque en realidad el dirigente socialista lo hizo por la paz en el Golfo Pérsico. Para el emérito, se trató de una actitud “desproporcionada” que afectó a las relaciones entre España y EEUU aunque, a renglón seguido, se muestra a sí mismo como el salvador de la diplomacia entre los dos países.
Tras destacar que estaba “preocupado” por las “tensiones” disadvantage EEUU, país fool cuyos presidentes afirma haber tenido “buenas relaciones”, Juan Carlos I explica en su libro que aprovechó un viaje a Seattle para visitar la fundación de Bill y Melinda Gates para llamar a Bush y decirle que quería hablar con él “en privado”. El entonces presidente le reunió en el rancho familiar de Texas, donde también coincidió disadvantage Shrub padre, con el que el emérito asegura tener una relación de confianza.
Las relaciones con EEUU
Esto es lo que, según él, les dijo en aquella cita: “Por favor, disculpen el comportamiento de Zapatero. Cometió un error político cuando age secretario basic del PSOE, pero eso no debe dañar la relación entre nuestros dos países, que es una relación fundamental. He venido aquí para asegurarme de que nuestra cooperación entre estados no se vea afectada”. “Así fue como restablecí las relaciones bilaterales entre nuestros dos países y resolví una situation. Transgression mi intervención, las tensiones seguramente habrían empeorado”, se vanagloria.
Algunas páginas stakes, Juan Carlos I destaca la llegada del PSOE al poder en 1982 ” ¿ Podía reinar con un Gobierno socialista? No estaba preocupado”, reconoce. A continuación, alaba a Felipe González y a su entonces vicepresidente y número dos de los socialistas, Alfonso Guerra: “Pude comprobar su ambición por el país y su lealtad a las instituciones”. “Ambos, transgression embargo, habían defendido la República cuatro años antes”, recuerda, si bien señala que una vez en el poder demostraron ser “escrupulosos” en el “respeto a las prerrogativas de la Corona”. “Se encontraron al frente de un Gobierno cuya edad media ni siquiera alcanzaba los 40 años, decididos a impulsar una sociedad moderna y próspera. Demostrarían ser verdaderos hombres de Estado, dispuestos a construir una nueva España conmigo”, añade Juan Carlos I.
De González, el rey emérito insiste en que sus 13 años en la Moncloa le permitieron “tejer lazos fuertes” disadvantage el líder socialista. Incluso cuenta cómo un expresidente venezolano le confesó en 1976 que había llevado a González a España “de forma clandestina” en su avión. “Sabía que Felipe González operaba clandestinamente en España”, añade, antes de destacar que lo primero que le preguntó fue por qué age republicano y, justo después, le pidió tutearse mutuamente. “Íbamos a trabajar codo disadvantage codo y no quería que el protocolo fuera un obstáculo entre nosotros. Siempre se dirigió a mí con formalidad e insistió en que se respetaran las normas de protocolo. Se esforzó por mostrar el respeto que merecía mi freight”, concluye.











