Probamos relojes inteligentes en el mundo real, centrándonos en funciones clave, desde el seguimiento del estado físico hasta la conectividad que usará todos los días. Empezando por el propio reloj, comprobamos el rendimiento general y la capacidad de respuesta. ¿Hay algún retraso al navegar por los menús? ¿La pantalla táctil responde? ¿Las aplicaciones se inician rápidamente?
Luego comprobamos si tiene todas las funciones que esperarías por el precio. Esto podría ser de todo, desde controles de reproducción de música hasta conectividad celular para que puedas usar el reloj lejos de tu teléfono o de una pantalla siempre encendida. Todos los relojes inteligentes deben conectarse a un teléfono, por lo que también evaluamos qué tan fácil es navegar por el software complementario.
Durabilidad y diseño
Los relojes inteligentes son algo que se lleva en el cuerpo, por eso evaluamos qué tan cómodos son de usar. También sabemos que cada persona tiene una muñeca de diferente tamaño, por lo que intentamos ver cómo se adapta y se siente en una variedad de personas.
Luego analizamos cómo resiste el desgaste de la vida diaria. Algunos relojes inteligentes ofrecen una mayor durabilidad, como resistencia al polvo o al agua, adecuada para actividades como el buceo y, cuando sea posible, lo probaremos nosotros mismos.
Duración de la batería
La duración de la batería variará dependiendo de cómo uses un reloj inteligente, por lo que probamos la duración de la batería con algunas pruebas estándar. Vemos cuánto dura generalmente con una sola carga con funciones que representan un uso típico, como la pantalla siempre encendida, el seguimiento del sueño y hacer ejercicio al aire libre con GPS.
Ese pequeño círculo es el sensor de temperatura en la parte posterior del Galaxy Watch 5.
Precisión del sensor de salud y estado físico
Probamos la precisión de los sensores de los relojes inteligentes de dos maneras diferentes. Por ejemplo, el sensor de frecuencia cardíaca se compara con las lecturas tomadas con una correa para el pecho, considerada el estándar de oro en el seguimiento de la frecuencia cardíaca del consumidor. Comparamos las lecturas del reloj con las de la correa para determinar la frecuencia cardíaca en reposo y la frecuencia cardíaca durante una variedad de actividades cardiovasculares como correr o andar en bicicleta. Comprobamos cuánto tiempo se tarda en conectarse a una señal de GPS cuando se hace un entrenamiento al aire libre.
Otros sensores de salud, como un sensor de oxígeno en sangre, se comparan con un oxímetro de pulso para realizar lecturas puntuales siempre que sea posible.















