El nuevo régimen ha despojado de su ciudadanía al ex presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, que fue derrocado mediante un golpe de estado la semana pasada.
La orden, firmada por el nuevo Primer Ministro Herintsalama Rajaonarivelo, citaba leyes locales que estipulaban que las personas que adquirieran ciudadanía extranjera debían perder su nacionalidad malgache.
Rajoelina, de 51 años, obtuvo la ciudadanía francesa hace una década, lo que provocó pedidos de descalificación de las elecciones presidenciales de 2023. Pero desafió esas llamadas y ganó.
Huyó de la nación insular africana después de semanas de protestas por la persistente escasez de energía y agua, que culminaron en una toma militar liderada por el coronel Michael Randrianirina.
Rajoelina ha dicho que se ha escondido por su propia seguridad y que su paradero sigue sin estar claro.
Cuando reveló su nacionalidad francesa meses antes de las últimas elecciones presidenciales de Madagascar, argumentó que sólo la había adquirido en secreto para facilitar las cosas a sus hijos que estudiaban en Francia.
En las últimas semanas, se había enfrentado a manifestaciones inicialmente organizadas por el movimiento juvenil Generación Z Mada e inspiradas en protestas antigubernamentales similares en Nepal, que sólo se exacerbaron cuando su gobierno respondió con violencia.
Rajoelina despidió a su ministro de Energía y luego a su gobierno, pero esto no sirvió de mucho para sofocar los llamados a que dimitiera.
Los manifestantes esperaban que Rajoelina dimitiera para allanar el camino hacia una transición democrática sin problemas.
En cambio, se aferró al poder, lo que finalmente llevó a que la unidad militar de élite de Madagascar, de la cual Randrianirina era jefe, tomara el poder.
Ahora ha prestado juramento y ha formado un nuevo gobierno, prometiendo celebrar elecciones dentro de dos años.















