Una nueva investigación sugiere que llevar una dieta de estilo mediterráneo podría ayudar a mejorar la función sexual tanto en hombres como en mujeres.
Se ha demostrado ampliamente que los patrones alimentarios saludables desempeñan un papel fundamental en la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades crónicas, desde la enfermedad inflamatoria intestinal hasta la artritis.
Ahora, investigadores chinos han descubierto que las personas que siguen esta dieta, que incluye grasas saludables, proteínas magras y frutas y verduras naturalmente ricas en polifenoles y antioxidantes, tienen más probabilidades de tener suelos pélvicos más fuertes y, como resultado, una mejor salud sexual.
Al analizar los datos recopilados de 31 estudios para determinar el papel de la dieta en la salud del suelo pélvico, los investigadores encontraron que quienes consumían una dieta antiinflamatoria mejoraban la función sexual y reducían los síntomas de incontinencia.
Sin embargo, una dieta proinflamatoria (alta en carbohidratos refinados, grasas saturadas y alimentos ultraprocesados) se relacionó con un mayor riesgo de disfunción del suelo pélvico (DFP), un término general para afecciones caracterizadas por músculos del suelo pélvico débiles o dañados, incluida la disfunción sexual y la incontinencia.
Se estima que alrededor de 14 millones de personas en el Reino Unido sufren problemas de incontinencia, y más de la mitad de las mujeres experimentan problemas sexuales, incluido dolor durante las relaciones sexuales y dificultades para llegar al clímax.
Sin embargo, hasta ahora, el papel de la dieta se ha pasado en gran medida por alto, centrándose las intervenciones en fisioterapias como los ejercicios de Kegel.
Las dietas antiinflamatorias, que son naturalmente ricas en antioxidantes y ácidos grasos omega-3, se han relacionado anteriormente con una mejor función sexual, mientras que se ha demostrado que las dietas ricas en sal empeoran los síntomas de la vejiga hiperactiva.
La dieta de estilo mediterráneo ha sido aclamada durante mucho tiempo como el secreto para que italianos y españoles vivan una vida larga y saludable.
Pero ahora los investigadores han atribuido el problema a las dietas inflamatorias, que pueden provocar una tensión crónica en los músculos del suelo pélvico, lo que provoca dolor e incomodidad durante las relaciones sexuales.
Publicar sus hallazgos en la revista. Fronteras en nutriciónexplicaron los investigadores: “La composición única de la dieta mediterránea, rica en aceite de oliva, nueces y polifenoles, también mejora directamente la producción endotelial de óxido nítrico”, que desempeña un papel crucial en las erecciones.
“Este doble mecanismo explica por qué su impacto en la salud sexual puede ser mayor que el previsto por los índices antiinflamatorios generales, que son menos sensibles a estos efectos provasculares específicos”, añadió el profesor Min Li, coautor del estudio.
En términos de los síntomas urinarios asociados con la PFD, los investigadores plantearon la hipótesis de que los beneficios de los patrones dietéticos saludables pueden estar más fuertemente mediados por la pérdida de peso que por la disfunción sexual.
Esto se debe a que el exceso de peso corporal aumenta la presión intraabdominal, lo que ejerce presión sobre los músculos del suelo pélvico y la vejiga.
Por lo tanto, es probable que cualquier dieta que promueva la pérdida de peso y, a su vez, alivie la tensión mecánica en la vejiga mejore los síntomas.
Los investigadores concluyeron: “Este doble beneficio sugiere que, para los síntomas urinarios, las intervenciones específicas que aborden vías específicas y factores más amplios, como la obesidad, son clínicamente valiosas”.
Sin embargo, reconocieron que su estudio tiene sus limitaciones, ya que la naturaleza observacional de los estudios dificulta hacer inferencias causales.

Los ejercicios de Kegel no son la única opción. Cualquier tipo de fortalecimiento del core (Pilates, yoga, barra, sentadillas) puede ayudar a fortalecer, alargar y relajar estos músculos, mejorando la salud del suelo pélvico.

La fuerza del suelo pélvico suele considerarse un problema de salud de las mujeres, aunque aproximadamente uno de cada cinco hombres mayores de 65 años experimentará incontinencia urinaria relacionada con el suelo pélvico.
No todos los estudios incluidos en la revisión final se ajustaron según el índice de masa corporal (IMC) u otras medidas de exceso de grasa, lo que significa que es plausible que la relación observada entre la dieta y la PFD pueda ser simplemente el resultado de un cambio en el peso corporal, en lugar del tipo de dieta.
Sin embargo, concluyeron: “Nuestros hallazgos proporcionan una guía sólida y basada en evidencia para que los clínicos recomienden estrategias dietéticas antiinflamatorias, especialmente para pacientes con factores de riesgo metabólicos concurrentes, para mejorar la salud del suelo pélvico”.
El suelo pélvico es un grupo de músculos que sostienen órganos internos importantes como la vejiga, la uretra, el ano y, en las mujeres, el útero, el cuello uterino y la vagina. Estos músculos ayudan a mantener los órganos pélvicos en su lugar y a mantener el control de la vejiga y los intestinos.
Para los hombres, el suelo pélvico es especialmente importante para la función sexual y urinaria: las contracciones musculares controlan la erección y la eyaculación.
La disfunción del suelo pélvico abarca una variedad de síntomas que incluyen incontinencia urinaria, problemas para vaciar la vejiga, incontinencia fecal, disfunción sexual y dolor abdominal o pélvico.
Los trastornos del suelo pélvico pueden ocurrir como resultado del parto, la obesidad, la edad, la genética y muchos otros factores, como los entrenamientos de alto impacto que ejercen mucha presión sobre estos músculos.
A pesar de esto, la fortaleza del suelo pélvico suele considerarse un problema de salud de las mujeres, aunque alrededor de uno de cada cinco hombres mayores de 65 años experimentará incontinencia urinaria relacionada con el suelo pélvico y hasta el 16 por ciento vivirá con dolor pélvico crónico.
Para fortalecer el suelo pélvico y mantener los músculos, muchos expertos recomendarán los ejercicios de Kegel que implican apretar los músculos rápidamente, como si intentara evitar orinar, aguantar el apretón y luego relajarlo.
Con el tiempo, esto puede ayudar a fortalecer estos músculos, reduciendo el riesgo de fugas y disfunción sexual.
Otros ejercicios de fortalecimiento del núcleo, como pilates y sentadillas, también pueden ayudar, aunque los expertos enfatizan que también es crucial poder relajar estos músculos mediante estiramientos específicos y trabajo de movilidad para mejorar la función del suelo pélvico.