Un bivalvo que nació en 1499 se convirtió en la víctima accidental de un estudio sobre el cambio climático tras sobrevivir cinco siglos en el fondo del Atlántico
Un error de cálculo en la Universidad de Bangor sentenció al animal más viejo del mundo. Hablamos de Ming, un ejemplar islandés que llevaba cinco siglos enterrado en el lodo cuando fue izado por una draga en 2006. El protocolo de muestreo estándar, que implicaba abrir y congelar la almeja para analizarla, terminó con una vida que comenzó mientras Colón navegaba de vuelta a España.
La campaña frente a Islandia buscaba reconstruir el clima oceánico y no esperaba topar con un récord vivientesegún publica IFLSciencia. Esta necesidad de rectificar datos es recurrente cuando la ciencia corrige sus propios hallazgos tras aplicar tecnologías más precisas. La baja oxidación de sus ácidos nucleicos permitió que Ming alcanzara los 507 años sin apenas desgaste.
La ingeniería biológica tras medio milenio
El secreto de su longevidad reside en un metabolismo que apenas consume oxígeno. Esta parsimonia biológica frena el deterioro de los tejidos, logrando que el daño celular sea casi inexistente a pesar de nacer en 1499. Es una capacidad de persistencia que recuerda a las formas de vida gigantes ya extintas que dejaron rastro en los estratos más antiguos de la Tierra.
Para fijar su edad, los científicos analizaron isótopos de oxígeno y bandas de crecimiento anuales. Este proceso, tan complejo como los experimentos de escala enorme para captar neutrinos, demostró que el conteo inicial en la bisagra era erróneo. Los datos químicos acumulados en sus valvas ayudan a comprender los estudios sobre el origen orgánico de la vida en entornos hostiles.
Este bicho aguantó con el ADN intacto hasta que se cruzó con una red. El error de datación inicial (que marcaba 405 años) se produjo al contar anillos en una zona congestionada por la edad, en lugar de usar la sección externa de la concha. Ming no sucumbió a una enfermedad degenerativa, sino a una manipulación de laboratorio que no anticipó un registro cronológico tan vasto.
La muerte de Ming en 2006 no sólo que hay especies que crecen a un ritmo ajeno al ser humano, sino que son muy frágiles. Aunque se conocen corales más antiguos, este es el único animal no colonial que ha superado los cinco siglos de vida documentada con precisión. El genoma de este espécimen de Ártica islandesa sigue bajo estudio en Gales para descifrar cómo bloqueó el envejecimiento celular durante 507 años.














