Cuando baja la adrenalina todo lo que queda es la verdad. Tu verdad. La de un bloque menguado, inseguro, torpe, sin automatismos defensivos eficaces. Un equipo desafinado que es incapaz de plantarle cara a nadie cuando «compite» lejos de Alicante. Es así desde hace meses. Es así desde que su apuesta futbolística se reseca sin que alguien haga algo por evitar el deterioro. Motivarse cuando la suerte sonríe, cuando te da rabia que se rían de ti, cuando te propones rebelarte contra la opinión mayoritaria de la grada siempre es más sencillo que hacerlo en mitad de un aguacero, en un campo donde nadie te critica y frente a un puñado de chavales que juegan a lo loco, al todos a una, sin orden, pero con una dosis desmedida de ganas de ganar.
Ahí es más complicado que te salga la raza, el orgullo, todo eso que sirve para suplir lo que no tienesun armazón real sobre el que construir tu juego, tus acciones de peligro, tu dominio del balón. Entonces te quedas a oscuras, con el pelo pegado a la cabeza por el peso de la lluvia y pierdes contra el peor local del grupo, contra el que había sido capaz de marcar solo cuatro goles en ocho jornadas, que únicamente había sacado adelante un encuentro en el Jesús Navas, precisamente ante el que entonces era el peor de los 20, el filial del Betis.
El Hércules pierde puntos a la misma velocidad que se va quedando sin jugadoresasí que el pronóstico, más que reservado, es definitivamente malo, puesto que todavía hay que jugar muchas veces como visitante esta temporada.
Cuarta salida en lo que va de campaña, todas con idéntico desenlace: fracaso. Esta con un buen puñado de fallos infantiles cuyo autor, por desgracia, se repite: Ben Hameddotadísimo para inventar, nulo para meter el pie… y sus compañeros le obligan a meterlo muchas veces por los continuos descuelgues que se producen a lo largo de cada partido.
Todo en un solo tiempo
En 45 minutos acabó el Sevilla Atlético con el Hércules. Fue en los segundos porque en los primeros la lluvia no dejó hacer nada digno con la pelota. En ese rato de idas y venidas sin sentido, con botes pastosos y pases atrapados en los charcos, se lesionaron colmina y Sotillos. Luego calló Ropero… y ya son nueve fuera de combate.
Dos centros al área, uno sin rematador y otro inocuo, recibido por Unai, que le pegó al aire dos veces, fue todo el torrente ofensivo de los blanquiazules, que se limitaban a correr detrás de los atacantes sevillanos, con la mentalidad puesta casi exclusivamente en ir hacia arriba cuanto antes, enseguida, de manera compulsiva.
Roger Colomina, Alejandro Sotillos y Unai Ropero fueron sustituidos después de sufrir lesiones de las que se desconoce el alcance
Esa tendencia vertical se mantuvo en la segunda mitad, pero ahora generando más miedo porque el jarreo de lluvia se detuvo y la bola empezó a circular con más criterio. Nada más arrancar, un despeje desesperado le llegó de cara a Ben Hamed. Se confió. Permitió el bote y dejó a su espalda un ataque a campo abierto, sin defensores, todos desubicados, para que Sow se plantara mano a mano delante de carlos abad. Cruzó su tiro y el tinerfeño acertó a meter la manopla derecha, abajo, donde más cuesta. Otro remedio milagroso del guardameta redentor.
Ben Hamed no aprendió nada de su error garrafal. Así que, minutos después, vio pasar por delante a Collado y decidió meterle el pie. El canterano aprovechó el contacto para forzar un penalti que el VAR ratificó. Él mismo se encargó de engañar al tinerfeño y poner el primer clavo a la tumba herculana (1-0, 58′).
Torrecilla suplió al lastimado Ropero por eslavo y a punto estuvo de salir bien… pero no, al hispano búlgaro se le ha olvidado marcar incluso a bocajarro. mangada la puso en el área, Fran Sol la peinó y el «nueve» se quedó solo delante del meta para al menos salvar el honor. No le dio dirección a su remate y malogró la única ocasión clara de verdad en 90 minutos.
Con el encuentro roto, con el Sevilla B insistiendo en su temeridad, en su temperamento desprovisto de cualquier atisbo de sensatez, sacó de puerta Flores. El vuelo se lo volvió a tragar Ben Hamed en su condición de mediocentro invisible. El bote orientado se lo quedó el recién salido Bozada. Su carrera se coló entre las de Llamar y Javi Jiménezque se quedaron cerrando, y el utrerano batió por arriba a Abad, vendido, a media salida. Volvió el mal Hércules, el inconsistente, el efímero, el que pena y pena por la Primera RFEF.
► SEVILLA ATLÉTICO: Alberto Flores, David López, Iker Muñoz, Rivera, Sierra (Nico Guillén, minuto 87), Collado, Ibrahim Sow (Miguel, minuto 83), Sergio Martínez, Lulo Lasilva, Israel Domínguez (Álex Costa, min. 78) y Alberto Espiñeira.
► HÉRCULES CF: Carlos Abad, Rentero, Colomina (Ben Hamed, min. 31), Mangada, Unai Ropero (Slavy, min. 68), Fran Sol, Alejandro Sotillos (Bolo, min. 45), Aranda (Jeremy de León, min. 80), Rafael De Palmas (Retuerta, min. 80), Javi Jiménez y Jorge Galvañ.
► GOLES: 1-0, Min. 55: Alberto Collado (penalti); 2-0, min. 95: José Antonio Bozada.
► ÁRBITRO: Juan Antonio Campos Salinas (Cehegín).
►TARJETAS: amarillas para Sierra, Iker Muñoz y Álex Costa, del Sevilla Atlético, y para Jorge Galvañ y Fran Sol, del Hércules.
► INCIDENTES: partido correspondiente a la jornada nueve en el grupo 2 de Primera Federación disputado ayer en el estadio Jesús Navas de Sevilla ante unos 750 espectadores.















