Contra todo y contra todos. El Sporting sumó ante el Zaragoza una de esas victorias de equipo, de fe y de Molinón. Mucho Molinón. Ni las lesiones de Gaspar y Otero, ni una polémica roja a Duba al filo del descanso, ni prescindir de Gelabert para iniciar la segunda parte. Los rojiblancos sacaron el máximo rendimiento a un tanto de Otero a la salida de un córner antes de verse sometido a la máxima dificultad posible. Medio partido jugó con diez, y ahí apretó la grada para convertirse en uno más, contribuir a la resistencia y señalar el doble rasero de un desafortunado Germán Cid. Tercera victoria consecutiva. Pleno de Borja Jiménez. Ya habrá tiempo de solucionar las consecuencias, a las que hay que añadir la quinta amarilla de Corredera.

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