A Luis Enrique le va la marcha; nunca lo ha negado. Y ese carácter, poco a poco, lo ha ido transmitiendo a su París Saint Germain. El conjunto parisino disfruta en la locura, y el encuentro que se vivió en el BayArenaen el que Gil Manzano fue protagonista con dos penaltis y dos expulsiones solo en el primer tiempo, fue de manicomio. El Bayer Leverkusen trató de resistir y, aunque logró reaccionar cuando todo parecía perdido, el ritmo vesánico del PSG lo sobrepasó por completo.

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