El grito resuena desde las gradas, lleno de provocación y veneno. “¡Porco!” grita la afición rival. Pero en lugar de retroceder, la masa blanca explota en un cántico ensordecedor, abrazando la ofensiva como si fuera un trofeo. Al otro lado de la ciudad ocurre lo mismo. “¡Pollo!” gritan, y Fiel Torcida responde con aún más fuerza.
En el fútbol, la línea entre la ofensiva y el orgullo es delgada y está trazada con la tinta de la rivalidad y la pasión. ¿Pero alguna vez te has parado a pensar en los orígenes de los apodos de los grandes clubes? ¿Por qué Palmeiras es un cerdo y Santos un pez?
El punto de inflexión: cuando las palabrotas se convierten en himno
Muchos de los apodos más sonados de nuestro fútbol no nacieron en las salas de marketing, sino en el fragor del clásico, como arma para hacer daño al rival. Lo que los rivales no esperaban era que esta arma fuera tomada, dándole un nuevo significado y transformada en un escudo del orgullo.
El cerdo de Palmeiras
PLACAR participa en la transformación del cerdo en la mascota no oficial del Palmeiras, junto a Periquito. Como lo explica artículo de la edición del 10 de noviembre de 1986Inicialmente, el apodo de cerdo se utilizó como insulto para los aficionados del Palmeiras, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el club de origen italiano se asoció con el gobierno fascista de Benito Mussolini.
Otro episodio, en 1969, cuando sólo el Palmeiras votó en contra de la inscripción de dos jugadores para sustituir al Corinthians Lidu y Eduardo, fallecidos en un accidente automovilístico, reforzó el tono de las infracciones. La historia empezó a cambiar en 1983, cuando João Roberto Gobbato, entonces director de marketing del Palmeiras, decidió volver el hechizo contra el brujo y adoptar al cerdo como mascota. La directiva de Alviverde en ese momento se mostró reticente, pero quedó convencida por la aceptación de la afición en los estadios.

Edición del 10 de noviembre de 1986 elogió al cerdo como mascota de Palmeiras – Reproducción/PLACAR
Un extracto del informe decía:
“Cuando no puedes enfrentarte a un enemigo, te unes a él”, recuerda un dicho la socióloga Sílvia Calegari. “Asumir su apodo es un antídoto para deshacerse de él”, recomendó a los palmeiranos. Sílvia, hincha del Corinthians de 28 años, fue una de las personas que más animó a su jefe, el empresario João Roberto Gobbato, a luchar por la adopción del cerdo como símbolo del Palmeiras, idea defendida por el fallecido reportero Marco Aurélio Borba, en PLACAR, hace tres años.
En 1986, los cánticos de “¡E dale Porco, y dale Porco, olê, olê, olê!” Ya fueron un éxito en las gradas del Parque Antártica y Morumbi, lo que inspiró la icónica portada protagonizada por Jorginho Putinatti. Actualmente, Palmeiras reconoce al cerdo como su segunda mascota oficial y en 2016 nombró al animal Porco Gobatto, en honor a su creador.

Jorginho Putinatti, de Palmeiras, posó con un cerdo para la portada de PLACAR en 1986
El buitre rojo-negro
La historia de Flamengo es aún más visceral. Flamengo incluso tuvo al marinero Popeye como su primera mascota, gracias a una publicación del Jornal dos Sports, en 1942.
Mientras tanto, el apodo de “Urubu” fue un insulto racista gritado por los hinchas del Fluminense, asociando con el pájaro a la gran masa de hinchas negros pobres del Flamengo. En 1969, durante un Fla-Gripe en el Maracaná, un grupo de hinchas rojinegros, cansados del insulto, soltaron un verdadero buitre en el césped antes del partido.
El pájaro sobrevoló el estadio y se posó en el campo con la bandera del club atada a sus pies. Flamengo ganó el partido y el buitre, que alguna vez fue un símbolo de prejuicio, se convirtió en la mascota que representa la raza y el alma de los fanáticos más grandes del mundo.

Renato Gaúcho, del Flamengo, sacando un buitre del terreno de juego, en la final de la Copa Unión 1987 contra el Internacional, en el Estadio Maracaná.
Del mar al campo: apodos que nacieron de la identidad
Sin embargo, no todos los apodos surgieron de una provocación. Muchos son un reflejo directo de la geografía, los colores o los momentos históricos que definieron el alma de un club. Son nombres que nacieron como una celebración de la esencia misma.
- El Pez Santos: El origen del apodo de Santos es tan claro como el agua del mar. Al ser el club principal de una ciudad costera, la asociación con la vida marina fue inmediata y natural. Llamar a Santos de Peixe es celebrar su conexión con el océano, el puerto y la identidad Caiçara. Es simple, directo y poderoso.
- El Inmortal tricolor: Grêmio lleva un apodo forjado en el drama. El apodo de “Tricolor Inmortal” cobró fuerza después de la histórica “Batalla de los Aflitos” en 2005. Con sólo siete jugadores en el campo, el equipo logró una victoria épica contra el Náutico, garantizando el acceso a la Serie A. Ese partido demostró que Grêmio no muere, no se rinde. Él es inmortal.
El post De la ofensa al orgullo: la historia secreta de los apodos de los equipos apareció primero en Revista PLACAR.











