Llegaba el Barça a Brujas consciente de que iba a medirse a un rival de esos férreo, duro, consistente e intenso ante el que habría que armarse de paciencia y, sobre todo, no cometer errores. Lo primero lo hizo bien; lo segundo, no. Muy mal. De hecho, fueron dos ‘cagadas’ en la salida del balón las que provocaron los goles de los belgas, que jugaron el partido que habían planeado, todo lo contrario que los de Pol Planas.
Y eso que el balón fue prácticamente siempre del Barça, que tuvo la posesión y las intenciones, por lo menos a nivel ofensivo. Lo primeros instantes dejaron buenas sensaciones, pero solo fue eso, sensaciones. Al cuarto de hora, un balón de Bernabeu a Bonfill lo jugó mal el portero y permitió que Jansen, a puerta vacía, abriera el marcador. El mejor escenario posible para las intenciones del Brujas, cuyo hechico empezaba a surgir efecto.
Tunkara nunca se sintió cómodo en Brujas / FCB
A partir de ahí, Nomoko, en modo martillo pilón, lo intentó una vez tras otra por su banda, Quim Junyent buscaba la continuidad moviendo rápido y Guillermo Víctorcomo Bernabéuse sumaban al ataque añadiendo piezas a un ataque chocaba, una vez tras otra, contra el muro del Brujas. Los belgas estuvieron ordenados de principio a fin y no concedieron ni un milímetro a su rival. No habían encajado ni un solo gol en las tres victorias previas ante Mónaco, Atalanta y Bayern. Este miércoles tampoco sería el día.
Los pactos con Belletti
Ni los cambios, algunos obligados como el de Nomoko y Cuenca por exigencias del guion impuesto por Belletti desde el filial, que los quiere frescos para el fin de semana, ni el paso de los minutos y la necesidad de seguir avanzando permitió al Barça encontrar los huecos por donde dañar a su rival. Nada de nada. De principio a fin. Alguna ocasión aislada de Nomoko, alguna llegada de segunda línea, muy poca cosa.
Y así pasaron los minutos y podrían haber pasado las horas y los días e incluso los meses. De hecho, cuanto más tiempo pasaba, más espeso parecía el cerebro del equipo de Pol Planas, absolutamente desnaturalizado por una especie de magia negra esparcida por el Brujas sobre el césped. Solo así puede explicarse que, al filo de los noventa, se repitiera, más o menos pero de forma muy parecida, la jugada del primer gol. Esta vez el beneficiario sería Van Britsom, que se aprovechó de otro error en la salida para matar el partido.
Queda muchísimo, pero la imagen del Juvenil A no fue la mejor en un escenario en el que quien estuvo más cómodo fue siempre el Brujas. Primera derrota de los blaugrana, que lo habían ganado todo hasta la fecha. Toca levantarse y seguir remando para defender al que aún sigue siendo el vigente campeón de la UEFA Youth League.













