El fútbol es uno de los deportes más injustos e impredecibles. Que se lo pregunten si no a Osasuna, que ayer se vio superado por un Celta que no dio pie con bola durante la primera hora de partidose vio arrollado por el rival y superado en el marcador con dos goles de Budimir, que incluso falló un penalti. Pero en la última media hora, el equipo vigués solucionó una de sus peores tardes de la etapa de Claudio Giráldez con una eficacia aplastante. Jutglà anotó también el segundo tanto, después de estrenarse en el primer tiempo como goleador con la celeste. El definitivo gol de Pablo Durán llegó en el minuto 87 y daba a los célticos la primera victoria del curso. Increíble. Tres puntos, además, que permiten al equipo vigués escapar de los puestos de descenso y situarse en la decimotercera posición con diez puntos. Una locura de deporte, algo inexplicable. A ello hay que añadir el carrusel de sensaciones y emociones de todo tipo sufridas y vividas ayer por el celtismo antes de explotar de alegría y dar por concluidos ocho días de mucha carga emocional, que empezó con un empate que supo a poco ante el Atlético de Madrid, siguió con el triunfo ante el Niza y el inolvidable homenaje a Aspas y concluyó ayer en la victoria en El Sadar, donde Osasuna no había perdido esta temporada, sumando tres victorias y un empate.
El Celta tuvo que esperar hasta la décima jornada para sumar su primera victoria de la temporada en la Liga, estableciendo con ello un negativo récord que se mantenía vigente desde la década de los cincuenta del siglo pasado. Y este triunfo llegó en un de los partidos que menos méritos hizo para ganar, después de que Jutglà abriese el marcador con un gran remate. Empató Budimir tras un inocente penalti de Manu Fernández. El delantero croata hizo el segundo al filo del descanso en un extraño remate tras un saque de esquina. Budimir pudo dejar sentenciado el partido en la reanudación, pero su segundo penalti lo falló al mandar el balón al larguero tras lanzarlo a lo Panenka. Poco antes de este error del delantero rojillo, Jutglà celebraba su doblete con un remate tras un saque de esquina. Un empate a dos que presagiaba la octava igualada del campeonato de los célticos. Pero Aspas entró en escena desde el banquillo para filtrar un pase a Pablo Durán en el minuto 87. El tomiñés se fue hacia el portero y lo superó tras una sutil picada del balón para darle la vuelta al marcador y dejar perplejos a todos los osasunistas. Un triunfo gris del Celta que le permite respirar por unos días, antes de afrontar el jueves el primer compromiso de Copa del Rey y el domingo visitar al Levante, que suma un punto menos que los célticos.
El de ayer era un compromiso vital para un Celta que comenzaba la jornada en la decimoctava posición, con los mismos puntos que el colista. Se esperaba que la victoria ante el Niza le ayudase a romper la racha sin ganar en la Liga. Giráldez, preocupado por el marcaje a Budimir y el juego aéreo de Osasuna, apostó por Aidoo como recambio del sancionado Starfelt. El ghanés reaparecía casi once meses después en un partido oficial con la celeste y fue el más solvente de los tres centrales por los que apostó ayer Giráldez. No acertó el técnico en la elección de la pareja de pivotes –Damián y Moriba–, ni en apostar por un Ristic que llevaba varias semanas de baja por problemas físicos. Además, Bryan Zaragoza no se pareció en nada al que brilló ante el Niza. Como era previsible, Osasuna presionó la salida del balón y el Celta se quedó sin recursos para incluso dar más de tres pases seguidos. Los errores no forzados convirtieron a Radu en el céltico más activo durante la primera parte. Desde la banda derecha, Víctor Muñoz se hartó de abastecer de buenos balones a un Budimir que lo remataba todo.
Pese al agobio al que le sometía el rival, el Celta aprovechó una imprecisión rojilla para que Borja Iglesias controlase el balón y diese una asistencia a Jutglà, que corrió con el central y antes de llegar al área elevó el balón ante la media salida de Herrera para anotar un gran gol. Excelente estreno como goleador céltico.
Pero la ventaja de los de Giráldez duró apenas diez minutos. En un centro al área, Manu Fernández rodeó por el cuello a Budimir. El croata engañó a Radu en el lanzamiento del penalti. Con el empate, los locales siguieron buscando otro gol, que llegó en el minuto 45. Budimir apareció en el primer palo para rematar un saque de esquina._Tocó el balón, que botó en el césped y superó a Radu por alto. Por ocasiones, el marcador se había quedado corto para Osasuna en la primera mitad.
Giráldez, pese a no funcionar su plan, mantuvo a las mismas piezas hasta el minuto 61. Entonces dio entrada a Mingueza, Sotelo y El-Abdellaoui por los grises Manu Fernández, Damián y Ristic. Cambió de cara el equipo vigués, que se pareció por fin al que Giráldez pregona. Y siete minutos más tarde, Jutglà lograba el empate al rematar en el centro del área un saque de esquina raso que pasó por delante de defensores y atacantes.
En el minuto 74, Radu evitó el gol en un remate a bocajarro de Raúl García de Haro, tras una gran asistencia en largo y un excelente control del jugador rojillo. El fútbol comenzaba a darle la espalda a un Osasuna que cuatro minutos después desperdició un penalti riguroso que Hernández Hernández le señaló a Aidoo. Esta vez, Budimir mando el balón al larguero.
El Celta seguía con vida cuando Giráldez dio entrada en el campo a Aspas. El moañés tardó siete minutos en dar una excelente asistencia a Pablo Durán para que el tomiñés marcase el gol de la victoria más gris del Celta.














