Dani Carvajal recrimina a Lamine Yamal sus declaraciones después del clásico. /DAZN
Partiendo de que hasta el minuto 90 el clásico fue bastante pulcro y sin apenas enganchones ni conflictos (algo impensable unos años atrás), el circo final que provocaron los futbolistas del Real Madrid fue de una vulgaridad bastante manifiesta. El resumen de lo que pasó deja en muy mal lugar, por ejemplo, a un Vinicius Júnior que ni siquiera ganando su equipo ante el eterno rival fue capaz de contener su desmesurado ego.
Tras un curso pasado en el que el equipo madridista acabó casi ‘traumatizado’ e impotente en los duelos ante el Barçael domingo, en el Bernabéu, tocaba saborear el poder tumbar por fin al equipo de Flick. Pero el brasileño se propuso aguar la fiesta y montar una pataleta indigna. Al margen de ese episodio, los actos que se sucedieron al final del choque señalaron a varios futbolistas.
CARVAJAL CASI DOBLA EN EDAD A LAMINE
Algunas de ellas ya con mucha experiencia y una madurez teóricamente avanzada para hacer según qué. Empezando por un Dani Carvajal que tenía muy atravesadas las palabras de Lamine en la previa (forzadas y sacadas de contexto y en boca, no olvidemos, de un chico de 18 años). El lateral, que casi le dobla la edad, dejó a un lado su responsabilidad como internacional español y compañero de Lamine en la búsqueda de la segunda estrella el próximo verano.

Lamine Yamal y varios jugadores del Barcelona son separados de los del Real Madrid por Xabi Alonso a la finalización del clásico en el Bernabéu / AFP7 vía Europa Press / AFP7 vía Europa Press
No pudo contenerse y se fue directo al chico a hacerle el gesto de hablar demasiado. Con toda la calentura y las revoluciones postpartido, sabía perfectamente lo que eso iba a generar. Y desató todo lo que pasó después. Pese a que algunas imágenes en redes hayan querido ‘blanquear’ (nunca mejor dicho) al capitán blanco, se ve cómo hace el gesto y luego saluda a Lamine mientras sigue diciéndole cosas.
COURTOIS, SOSPECHOSO HABITUAL
Luego entró en acción otro sospechoso habitual. Thibaut Courtois también aprovechó para saldar cuentas con Lamine. Se fue a por el chico y luego encendió la mecha de todo. Suele ser un hombre de apariencia y de ‘fachada’ tranquila y sosegada, pero no es la primera vez que prende la mecha en un clásico. Y ya el acto final estaba destinado para el director de orquestra. Vinicius esperó agazapado a que Lamine se acercara y ahí, después de calmarse y arremeter con todo contra su propio entrenador, se encargó de poner la guinda al pastel.
Dicho esto, son enganchones que hemos visto en todos los Barça-Madrid. Parte del ‘show’. Y seguro que servirán también para caldear la vuelta, algo que a los medios, para que nos vamos a engañar, siempre nos interesa. Pero pongamos las cosas en su sitio y señalemos a perfiles que ya tienen cierta edad y experiencia como para bajar a barros que ya no les tocan a estas alturas.















