El Real Madrid es, sobre todo, un equipo de nombres propios. Siempre lo ha sido y más en la tesitura actual, donde hombre por hombre supera en tasación a casi cualquier equipo del mundo. Salvo los elegidos de un universo Premier que, con un Liverpool en horas bajas, volvió a demostrar que existe una brecha con los proyectos de LaLiga. Por eso, cuando se produce una derrota como la de Anfield, esta se personaliza. A excepción de en la portería, con un Courtois imperial, saltaron las costuras en todas las líneas.

Fuente