El Deportivo Abanca ha arrancado la temporada lejos del nivel esperado. Tanto por sus resultados (una victoria en ocho partidos), como por sus sensaciones. La falta de confianza se ha tragado a un equipo sin un plan claro de partido cuando tiene el esférico. Sobrevive gracias a su talento individual, en especial a Ainhoa Marínuna embarcación solitaria en medio un océano. La recuperación de millene ha permitido al conjunto blanquiazul recuperar amenaza ofensiva. Lejos de que el juego colectivo acompañe, es una más en esa guerra imposible que lanzan las jugadoras de ataca cada jornada.
Dos goles en dos partidos, ambos como titular, permiten al equipo de Fran Alonso agarrarse a algo después de la serie de malos resultados que arrastra. La participación de la brasileña ha permitido al equipo encontrar soluciones a sus problemas en salida de balón con envíos largos que hace buenos la delantera nacida en Porto Alegre, máxima goleadora los últimos dos cursos como blanquiazul.
Su figura es imprescindible para un equipo que, de momento, ataca a arreones individuales, protagonizados particularmente por Ainhoa y, en menor medida, Bárbara Latorre o Marisa.
Necesita Fran Alonso darle una vuelta al sistema ofensivo para ser ese equipo que en verano dibujaba. Esa escuadra valiente, que «emocione», como repitió en numerosas ocasiones desde su llegada al banquillo. Está lejos de hacerlo, pero se acercará más a ello con una futbolista como Millene Cabral sobre el campo.
Espe Pizarro, en camino
Espe Pizarro se incorporó al grupo el pasado martes, en el regreso al trabajo del Deportivo Abanca tras el empate del domingo ante el Atlético de Madrid. La jugadora uruguaya, lesionada desde la pretemporada, todavía no ha podido disputar ningún minuto, y podría reaparecer ante el Eibar dentro de dos semanas. El equipo blanquiazul descansa este fin de semana, al haber parón internacional de selecciones, y volverá a la competición el domingo 9 de noviembre ante el Barcelona (12.00).