Una visualización de Our World in Data (OWID), basada en estimaciones de 2020 del Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil, muestra la cruda paradoja de la mortalidad infantil en el mundo. A nivel mundial, el 4,4% de todos los niños mueren antes de los 15 años: aproximadamente 16.000 muertes cada día. Históricamente, la tasa fue mucho peor: alrededor de la mitad de todos los niños murieron en muchas partes del mundo en siglos anteriores. El promedio mundial actual enmascara una amplia gama: en la Unión Europea es alrededor del 0,47%, lo que muestra lo que se puede lograr con sistemas de salud sólidos y una amplia prosperidad.

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Por qué es importante

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La mortalidad infantil es la prueba más básica para saber si las sociedades protegen a los vulnerables. Cada punto porcentual representa cientos de miles de vidas jóvenes y el futuro de familias y comunidades.

El progreso, en perspectiva

Las vacunas, los antibióticos, los partos más seguros, el agua potable y el saneamiento, y una mejor nutrición han provocado un colapso histórico en las muertes infantiles durante el último siglo. Esa historia “mucho mejor” importa: demuestra que las políticas, la ciencia y la inversión funcionan cuando llegan a las personas a gran escala.

La brecha por cerrar

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La tasa del 0,47% de la UE demuestra que el 4,4% no es inevitable. La carga sigue concentrada en las regiones más pobres, donde los conflictos, los sistemas de salud débiles y las enfermedades prevenibles (neumonía, diarrea y malaria) todavía matan a muchos niños. Las intervenciones probadas (inmunización completa, cobertura con mosquiteros, terapia de rehidratación oral, alimentos enriquecidos y acceso a la atención primaria) son asequibles en comparación con los costos humanos y económicos de la inacción.

¿Qué sigue?

Mantener los logros significa proteger la inmunización sistemática, fortalecer a los trabajadores de salud comunitarios y centrarse en el acceso de “última milla” en entornos frágiles. La lección que se desprende del gráfico de OWID es clara: el mundo es horrible y mucho mejor al mismo tiempo, y puede ser mucho mejor aún.

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