Un ataque con aviones no tripulados golpeó un área cerca del aeropuerto internacional de la capital de Sudán, Jartum, un día antes de que se reanudaran los vuelos nacionales por primera vez desde que estalló la guerra en 2023.
Los residentes de la ciudad informaron haber escuchado explosiones en varios distritos el martes por la mañana temprano. Las imágenes de las redes sociales, aún no verificadas por la BBC, parecen mostrar una serie de explosiones.
No hay información sobre víctimas o daños y nadie se ha atribuido la responsabilidad.
El lunes, la Autoridad de Aviación Civil de Sudán anunció que el aeropuerto reabriría el miércoles, meses después de que el ejército recuperara Jartum de manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y comenzara a reparar el aeropuerto gravemente dañado.
El ataque del martes marcó el tercer ataque en la capital en una semana, luego de los ataques contra dos bases militares en el noroeste de Jartum en días consecutivos la semana pasada.
El sitio web de noticias Sudan Tribune cita una fuente de seguridad que afirma que las defensas antiaéreas habían interceptado varios drones después de las 04:00 hora local (02:00 GMT), pero no dio detalles sobre los daños.
El aeropuerto internacional cerró poco después de que estallaran los combates entre el ejército y las RSF en abril de 2023, cuando la fuerza paramilitar tomó el control del mismo.
Port Sudan, en el este, tiene el único aeropuerto internacional en funcionamiento del país, aunque ha sido atacado por drones.
Jartum se ha mantenido relativamente en calma desde que el ejército retomó el control de la ciudad en marzo, pero los ataques han persistido, y las RSF han sido acusadas de atacar a distancia infraestructuras civiles y militares.
Desde la pérdida de la capital, las RSF han intensificado sus esfuerzos para capturar El-Fasher, el último bastión del ejército en la región occidental de Darfur.
El conflicto en curso ha matado a decenas de miles y ha obligado a millones a abandonar sus hogares.
Lo que comenzó como una lucha de poder entre el ejército y las RSF ha atraído desde entonces a otros grupos armados sudaneses y a patrocinadores extranjeros, hundiendo al país en lo que la ONU llama la peor crisis humanitaria del mundo.