La participación del presidente estadounidense Donald Trump en la Cumbre de la ASEAN en Kuala Lumpur refleja el renovado enfoque de Estados Unidos en el sudeste asiático, particularmente en contrarrestar la influencia de China en la región a través de mayores compromisos económicos y diplomáticos. Los informes indicaron que la junta militar en Myanmar también expresó interés en discutir cuestiones arancelarias con la administración estadounidense, sugiriendo un intento de equilibrar las relaciones con China y una apertura para la influencia estadounidense en la esfera económica de Myanmar. Otros acontecimientos en la región también sugieren una evolución de la perspectiva estratégica de largo plazo de Estados Unidos cerca de la periferia oriental de la India.

Estados Unidos parece estar cada vez más activo en la vecindad oriental de la India, particularmente en Bangladesh, Myanmar y la región del Golfo de Bengala, como parte de la Estrategia Indo-Pacífico más amplia publicada en febrero de 2022 por la administración de Joe Biden. En los años siguientes, se llevaron a cabo los Diálogos de Asociación entre Estados Unidos y Bangladesh y los Diálogos de Seguridad para profundizar la cooperación bilateral entre los dos países. Estos diálogos cubrieron la seguridad marítima, el comercio, la gobernanza, la colaboración en el Indo-Pacífico y el acceso estratégico a la Bahía de Bengala. Desde entonces, Estados Unidos ha involucrado a Bangladesh en vigilancia marítima, operaciones de respuesta a desastres y ejercicios militares, incluido Tiger Shark, realizado en agosto. En consecuencia, la hoja informativa para 2025 del Departamento de Estado de EE. UU. destacó a Bangladesh como un socio importante en su estrategia para el Indo-Pacífico. El reciente embajador designado de Estados Unidos en Bangladesh, Brent Christensen, en su declaración en la audiencia del Senado en octubre, también señala que unos vínculos militares más fuertes con Bangladesh son esenciales para contrarrestar la influencia de China en la región.

En Myanmar, tras el golpe militar de febrero de 2021, Estados Unidos también ha intentado colaborar con los grupos rebeldes que controlan grandes territorios en los estados de Kachin y Rakhine. Ejército de Independencia de Kachin (Kia) y sus aliados dominan la mayor parte de los territorios del estado de Kachin, mientras que el ejército de Arakan controla más del 80 por ciento del territorio del estado de Rakhine. Aunque Estados Unidos no entabló conversaciones oficiales con estos grupos rebeldes, sus interacciones con grupos étnicos y la sociedad civil en estas regiones ponen de relieve su intento de conectarse con ellos de manera coordinada y sistemática. Los intentos bien calibrados de llegar a las diversas comunidades étnicas mediante la prestación de asistencia humanitaria fueron visibles a través de iniciativas directas y respaldadas por Estados Unidos. En primer lugar, apoyó y aseguró asistencia financiera al corredor humanitario Bangladesh-Myanmar propuesto por la ONU, y en segundo lugar, se acercó a las comunidades étnicas locales en el estado de Kachin a través de la visita de su Encargada de Negocios en Myanmar, Susan Stevenson, a la región en agosto, la primera de un diplomático estadounidense desde el golpe militar. Ambas iniciativas pretendían ampliar la presencia estadounidense en la vecindad oriental de la India y también estaban motivadas por el objetivo de contrarrestar la dominación de China en la región.

Tanto el estado de Kachin como el de Rakhine en Myanmar son críticos desde el punto de vista geoestratégico y económico para China, ya que el primero es rico en disprosio y terbio, dos minerales críticos de tierras raras que desempeñan un papel fundamental en la alta tecnología, la aeroespacial y la tecnología verde. Los datos disponibles muestran que de 2017 a 2024, la región representó dos tercios de las importaciones totales de estos minerales por parte de China y aumentó del valor de unos pocos millones a más de 3 mil millones de dólares. Según datos del Instituto de Estrategia y Política, los sitios mineros se han más que triplicado desde el golpe de 2021. A medida que Estados Unidos busca diversificar las cadenas de suministro de minerales críticos fuera de China, el compromiso con las áreas ricas en recursos de Kachin puede servir tanto para objetivos humanitarios como estratégicos, además de convertirlo en una frontera crucial en la rivalidad estratégica más amplia entre Estados Unidos y China. Los datos disponibles muestran que hay una fuerte disminución de hasta el 89 por ciento en las exportaciones de minerales de tierras raras de la región a China entre diciembre de 2024 y mediados de 2025 debido a la toma de posesión de la mayoría de los sitios mineros por parte del Ejército de Independencia de Kachin. En ese contexto, la visita de Stevenson a la región tiene gran importancia. El estado de Rakhine facilita el acceso directo a la Bahía de Bengala para China, una solución al dilema de Malaca. Como parte de su Corredor Económico China-Myanmar, China ya ha invertido más de 5.000 millones de dólares para conectar su provincia de Yunnan con el puerto de aguas profundas de Kyaukphyu a través de oleoductos y proyectos de transporte. Aunque los puertos de Sittwe y Kyaukphyu todavía están bajo el dominio de la junta militar, la presencia de Estados Unidos y sus compromisos con el ejército de Arakan pueden representar un desafío considerable para los intereses chinos.

La creciente competencia entre Estados Unidos y China tanto en Bangladesh como en Myanmar tiene implicaciones significativas para los intereses estratégicos, económicos y regionales de la India. Como ambos vecinos son parte de los proyectos de conectividad regional de la India en su Política Act East, la creciente presencia de Estados Unidos presenta una combinación de oportunidades y desafíos para la India. La participación de Estados Unidos en la región a través de ayuda, cooperación en materia de seguridad e iniciativas de infraestructura puede complementar los esfuerzos de la India para promover la conectividad y la estabilidad en la Bahía de Bengala y la frontera entre Indo y Myanmar. La participación de Estados Unidos también puede ayudar a contrarrestar la creciente influencia de China en la región, apoyando indirectamente los objetivos estratégicos a largo plazo de la India. Con suerte, la presencia de Estados Unidos también vigilará la creciente amenaza de los cárteles de la droga en la región, que afecta también a la parte transfronteriza del noreste de la India. Sin embargo, también introduce nuevos desafíos. Un mayor activismo estadounidense podría reducir el espacio estratégico de la India, especialmente si Estados Unidos busca configurar la política regional o los corredores económicos de manera que marginen los intereses indios. También exige una cuidadosa calibración por parte de Nueva Delhi para proteger su autonomía, salvaguardar su tradicional esfera de influencia y garantizar que el activismo estratégico estadounidense en su vecindad evolucione de manera que refuerce, en lugar de complicar, los intereses regionales de largo plazo de la India.

El escritor es profesor asociado, Centro de Estudios del Sur de Asia, Escuela de Estudios Internacionales, Universidad Jawaharlal Nehru, Nueva Delhi.

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