Kuwait será testigo de una inusual reunión de fieles el 8 de noviembre, cuando el Ministerio de Awqaf y Asuntos Islámicos llame a los ciudadanos y residentes a participar en el Salat Al-Istisqa, la oración por la lluvia. El ritual, profundamente arraigado en la tradición islámica, se produce cuando el país enfrenta un período de lluvias limitadas, lo que resalta tanto la devoción espiritual como la solidaridad comunitaria.
Observancia a nivel nacional en 125 mezquitas
El Ministerio confirmó que Salat Al-Istisqa se llevará a cabo simultáneamente en 125 mezquitas en todo Kuwait a las 10:30 am hora local. El subsecretario interino Suleiman Al-Sulwailem afirmó que se han completado todos los preparativos para el ritual, garantizando que los fieles puedan asistir de manera organizada y digna.La observancia a gran escala resalta la importancia del ritual, que sirve como práctica espiritual y expresión comunitaria de esperanza de lluvia.
El significado del Salat Al-Istisqa
El Salat Al-Istisqa se realiza tradicionalmente durante períodos de sequía o cuando las precipitaciones son escasas. Se considera una Sunnah, una práctica respaldada por el Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Históricamente, la oración ha funcionado como una súplica colectiva y un recordatorio de la dependencia humana de la divina providencia.El ritual implica oraciones congregacionales dirigidas por un imán, buscando la misericordia de Dios para traer lluvia. Su observancia encarna la fe, la tradición cultural y la preocupación por el bienestar de la comunidad, especialmente en una región donde el agua es vital para la vida diaria y la agricultura.El subsecretario interino Al-Sulwailem instó a todos los residentes y ciudadanos a asistir a las oraciones, enfatizando el papel de Salat Al-Istisqa en unir a la comunidad en tiempos difíciles. La participación no sólo afirma la fe individual sino que también contribuye a una expresión nacional compartida de esperanza y reflexión espiritual.El anuncio del Ministerio subraya la relevancia duradera de Salat Al-Istisqa en Kuwait, reforzando una tradición centenaria y al mismo tiempo abordando las preocupaciones contemporáneas sobre la escasez de agua y las condiciones climáticas.











