Más de 60 personas, incluidos cuatro agentes de policía, murieron en una operación policial en Río de Janeiro, Brasil, según informes de los medios locales.
El martes, el gobernador Claudio Castro emitió una declaración en vídeo afirmando que 60 presuntos delincuentes habían sido “neutralizados”, como parte de una operación policial a gran escala en la que la policía emitió más de 250 órdenes de arresto y registro.
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Añadió que 81 personas fueron detenidas y se incautaron armas.
“¿Qué queremos? Un Río de Janeiro y un Brasil libres de criminalidad”, dijo Castro. “Y no retrocederemos, porque creemos que cuanto más funcione la seguridad pública, más libres serán usted y su familia”.
Pero el número de muertos ha atraído el escrutinio internacional. La redada del martes, en el norte de la ciudad, se ha convertido en la operación policial más letal en la historia local.
Los funcionarios han explicado que la violencia fue parte de un esfuerzo contra el narcotráfico y el crimen organizado llamado Operación Contención.
La banda Comando Vermelho, también conocida como Comando Rojo, fue señalada como uno de los principales objetivos. El gobierno estatal describió la Operación Contención como la iniciativa más grande jamás realizada contra el grupo.
“La operación tiene como objetivo combatir la expansión territorial del Comando Vermelho y capturar líderes criminales de Río de Janeiro y otros estados”, gobernador Castro escribió en la plataforma de redes sociales X.
Castro explicó que en la redada policial del martes participaron hasta 2.500 agentes, algunos equipados con vehículos blindados y helicópteros.
La iniciativa se centró en los complejos de favelas de Alemao y Penha, barrios de bajos ingresos y densamente poblados en las afueras de Río de Janeiro.
Pero se produjeron disparos mientras la operación estaba en marcha, lo que provocó decenas de muertos y heridos, además de cierres de carreteras. Los informes iniciales indican que es posible que balas perdidas hayan alcanzado a los transeúntes.
Comando Vermelho es considerado la principal organización de narcotráfico en Río de Janeiro y tiene poder en algunos de los barrios más pobres de la ciudad.
Pero otras organizaciones criminales también han ejercido una influencia significativa en todo el estado.
“El sesenta por ciento del territorio del estado de Río de Janeiro está controlado por bandas de narcotraficantes o por las milicias, que eran policías formales que decidieron cobrar a las personas que viven en los barrios marginales pagarles tasas de seguridad”, explicó la corresponsal de Al Jazeera, Monica Yanakiew.
En la década de 1980, Comando Vermelho surgió como un actor importante en el comercio mundial de cocaína, colaborando con los cárteles y traficantes colombianos en la selva amazónica para distribuir narcóticos ilícitos.
Brasil ocupa el segundo lugar a nivel mundial (solo detrás de Estados Unidos) en consumo bruto de cocaína.
El país documentó más de 180.000 incidentes relacionados con el tráfico de cocaína en 2023, lo que resultó en la incautación de casi 130.000 kilogramos (286.600 libras) de la droga, según cifras del gobierno.
Las redadas policiales contra organizaciones criminales no son infrecuentes en las favelas de Brasil, y muchas resultan mortales. En 2024, aproximadamente 700 personas murieron durante operaciones policiales en Río, un ritmo de casi dos por día.
Una de las redadas más mortíferas de este tipo se produjo en 2021, cuando policías armados irrumpieron en la favela de Jacarezinho y mataron al menos a 25 personas.
Al Jazeera obtuvo videos e imágenes en ese momento que mostraban casas plagadas de agujeros de bala y sangre fluyendo por las calles de la favela.
Escenas como esta plantean preocupaciones sobre la violencia policial y la eficacia de dichas redadas.
Yanakiew, que informaba desde Río de Janeiro, dijo que había hablado con residentes que estaban molestos por el derramamiento de sangre del martes.
“Estos son algunos familiares de las personas que fueron llevadas aquí que están muy enojados”, dijo, señalando a su alrededor. “Dicen que hay unos 20 cadáveres colina arriba y que no pueden llevarlos al hospital”.
Yanakiew añadió que, ahora que Brasil se acerca a las elecciones nacionales de 2026, se espera que la amenaza de la violencia criminal y el tráfico de drogas ocupen un lugar central.
El presidente en ejercicio, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció la semana pasada que planea postularse para la reelección en las próximas elecciones, pero enfrentará fuertes críticas de la derecha de Brasil.
“El gobierno no quiere considerar terroristas a estas bandas criminales, como quiere la derecha en Brasil”, explicó Yanakiew. “Así que ahora este es un debate en curso”.
Los grupos de derechos humanos también han cuestionado el momento de operaciones policiales a gran escala en Brasil, que no son infrecuentes antes de grandes acontecimientos internacionales.
La próxima semana, Río de Janeiro será sede de la Cumbre Mundial de Alcaldes C40 y del Premio Earthshot del Príncipe William, otorgado por logros ambientales.
Más adelante, se espera que Brasil reciba a los líderes mundiales en la cumbre climática de las Naciones Unidas, COP30, en la ciudad amazónica de Belem, a partir del 10 de noviembre.














