Tailandia y Camboya firman un acuerdo de alto el fuego mejorado tras un conflicto mortal de cinco días a lo largo de su frontera en julio.

Kuala Lumpur, Malasia – Tailandia y Camboya firmaron un acuerdo ampliado de alto el fuego en presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Kuala Lumpur, Malasia, basándose en un acuerdo que puso fin a los mortales combates fronterizos en julio.

El primer ministro camboyano, Hun Manet, y el primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, firmaron el acuerdo el domingo al margen de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Kuala Lumpur, poco después de la llegada de Trump.

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“Hicimos algo que mucha gente decía que no se podía hacer”, dijo Trump, quien firmó conjuntamente el acuerdo junto con el primer ministro malasio Anwar Ibrahim, anfitrión de la cumbre, mientras realizaba su primer viaje a Asia desde que regresó a la Casa Blanca.

Anutin de Tailandia dijo que el acuerdo crea “las bases para una paz duradera”, mientras que el primer ministro camboyano Hun lo llamó un “día histórico”.

Los aranceles son esgrimidos como amenaza

El acuerdo se basa en una tregua alcanzada hace tres meses cuando Trump utilizó la amenaza de aranceles más altos contra ambos países para persuadirlos de poner fin a cinco días de combates que resultaron en decenas de muertes y el desplazamiento de cientos de miles.

La primera fase del acuerdo implica que Tailandia libere a 18 soldados camboyanos y la retirada de armas pesadas de la región fronteriza, con el despliegue de tropas malasias para garantizar que los combates no se reanuden.

El territorio a lo largo de la frontera de 800 kilómetros (500 millas) entre Tailandia y Camboya ha sido disputado durante décadas.

Tras la firma del acuerdo de alto el fuego el domingo, Trump firmó acuerdos económicos separados con Camboya y Tailandia, que incluían un acuerdo sobre comercio recíproco con Phnom Penh y un acuerdo sobre minerales críticos con Bangkok.

Anwar de Malasia, que también estuvo presente en la firma, elogió el acuerdo durante sus palabras de apertura en la cumbre y dijo que “nos recuerda que la reconciliación no es una concesión, sino un acto de valentía”.

Los tailandeses son cautelosos.

Tony Cheng, de Al Jazeera, informando desde Sa Kaeo, Tailandia, dijo que el acuerdo firmado el domingo esencialmente reforzaba “acuerdos que ya se han hecho”.

Se suponía que las tropas malasias se desplegarían según el acuerdo de paz inicial firmado en julio, pero aún no habían llegado, dijo.

Dijo que si bien los tailandeses acogían con agrado “cualquier tipo de paso hacia la paz”, veían el acuerdo como “el principio del fin” del conflicto, en lugar de saludarlo como si hubiera resuelto la disputa por sí solo.

“El diablo estará en los detalles de este acuerdo”, afirmó.

Dijo que el ejército tailandés había estado trabajando para despejar algunas zonas fronterizas en disputa, al mismo tiempo que algunas aldeas habían estado construyendo nuevos refugios antiaéreos en las últimas semanas.

“Así que a la gente aquí todavía le preocupa que esto pueda salir en cualquier dirección”, dijo.

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