Un joven austriaco de 22 años que fue noticia en 2020 por supuestamente tirarle pedos a un oficial de policía fracasó en su intento de que el acto fuera reconocido como una forma de libre expresión. Según el diario austriaco
el estandar
el tribunal administrativo de Viena confirmó su multa, aunque la redujo, tras concluir que el episodio de flatulencia carecía de “contenido comunicativo”. El incidente tuvo lugar el 5 de junio de 2020, cuando el hombre, identificado en documentos judiciales como “Sr. AB”, estaba sentado con amigos en un parque durante un control policial de identidad de rutina. El expediente judicial señaló que se había levantado ligeramente del banco antes de lanzar gas, lo que provocó risas de sus amigos y una sonrisa de él, que los oficiales interpretaron como una burla. En su defensa, el hombre afirmó que el pedo no había sido deliberado y argumentó que, incluso si lo hubiera sido, debería estar protegido por su derecho fundamental a la libertad de expresión. El tribunal, sin embargo, rechazó este razonamiento. En una evaluación detallada, dictaminó que, si bien los pedos y eructos podrían considerarse socialmente inapropiados, no conllevan ningún significado expresivo o comunicativo. Incluso si lo hicieran, dijeron los jueces, tales actos aún excederían los límites de la decencia pública. A pesar de desestimar su argumento, el tribunal redujo su multa original de 500 euros a 100 euros, citando sus circunstancias financieras y su historial limpio. Su abogado, Matej Zenz, declaró al periódico vienés
repartidor
que su cliente tiene la intención de apelar el fallo ante el tribunal constitucional de Austria, argumentando que el caso se ha convertido en un caso de principios y que penalizar a alguien por un pedo es innecesariamente mezquino.















