El escándalo de los cribados del cáncer de mama no para de crecer y, en solo dos semanas -en las que hemos pasado de unas pocas mujeres afectadas a unas dos mil-, el asunto ha dado un nuevo giro que aconseja una investigación seria por parte de la Fiscalía. Hemos sabido que después de que algunas mujeres denunciaran la manipulación o desaparición de pruebas diagnósticas ante la Fiscalía, un fallo en el sistema informático de Clic Salud impidió durante horas el acceso a los historiales clínicos. Y existen ya varios testimonios de mujeres, con nombres y apeliidos, que están denunciando públicamente que las pruebas de sus historiales han sido manipuladas y donde aparecía una mamografía con una marca y el nombre de un radiólogo, ya no aparece ni una cosa ni la otra.
A pesar de la extraordinaria gravedad del asunto, todavía nadie ha explicado qué es lo que ha pasado y más allá de la dimisión de la Consejera de Salud no se han adoptado medidas. No se ha informado del número concreto de mujeres que tendrían que haber sido advertidas de que sus mamografías no eran concluyentes y necesitaban pruebas adicionales. La Junta de Andalucía insiste en que todas las posibles afectadas han sido ya advertidas y citadas pero no nos dicen cuantas son y cada día conocemos testimonios de mujeres enfermas de cáncer de mama con las que nadie ha contactado.
El escándalo es tan mayúsculo que hace falta ampliar el foco para saber qué pasa en otros casos, como el cribado de cáncer de colon para poder depurar responsabilidades, políticas y penales.
El videoblog de análisis constitucional de Esperanza Gómez y Javier Pérez Royo.















