Custodio estaba vareando olivos cuando el sonido, la luz y los colores de una escena final de película se dibujaron en su mente. Aquella secuencia cinematográfica que se había presentado en su cerebro sin pedir permiso correspondía con el punto final de la que sería su primera novela, ‘Granada oscura’. Un thriller de misterio que tardaría unos meses más en empezar a escribir, pero que cambiaría la vida de este literato granadino porque le haría llegar al ‘prime time’ televisivo años después.
No en vano, Custodio Pérez (Huétor Tajar, 1983) es la estrella del momento en el sector de la literatura de nuestro país. Lo es tras pasar por La Revuelta de David Broncano en TVE siendo un personaje completamente anónimo. Como él mismo reconoce, “llevaba tiempo convencido de regalarle alguno de mis libros a David para que luego me entrevistase”, pero nadie podía imaginar que aquel deseo se haría realidad. Su calidez, cercanía y buen gusto por la literatura le han catapultado a ser el escritor más vendido en Amazon España.
Y todo tras varear olivos y cocinar pollo en una freidora de aire. Por pintorescas que resulten ambas escenas, las dos están conectadas. La primera porque fue en la que nació su relación inacabable con la escritura de novelas y la segunda porque era en la que se encontraba cuando en La Revuelta le llamaron haciendo realidad su sueño. Días antes, Custodio había acudido como público al programa y había retado a David Broncano a que, si quería su novela ‘Granada oscura’, tenía que entrevistarle. Y el destino, con un invitado faltando a última hora, le abrió las puertas de la televisión nacional, cambiando su vida para siempre.
Pero la historia del escritor que más rápido ha pasado del salón de su casa a ser una estrella de las redes sociales empezó mucho antes. Lo hizo en su Huétor Tájar natal. La tierra del “espárrago verde y el espárrago rojo”. La tierra de la cantante Lola Índigo o Juan Pinilla. Allí, en pleno corazón del poniente granadino, nació Custodio Pérez, alejado del gusto por los estudios, pero abrazado a un libro cada noche. “A mí me encanta leer y soy un enamorado de Stephen King”. De hecho, su novela ‘Carrie’ fue la que encendió en él la llama de la literatura.
Jardinero, antenista y literato
Después llegarían Juan Gómez Jurado o Donato Carrisi, pero su pulsión por la lectura se hizo imparable desde muy temprana edad. “A mí los estudios no se me daban bien, por lo que me puse a trabajar con 17 años”. En su casa no le dieron otra opción. “Es lo que pasa en los pueblos que, si no quieres estudiar, te tienes que poner a trabajar”. Así, fue casi de todo en pocos años: jardinero, carpintero, agricultor y antenista. Una profesión, esta última, que le gustó más de lo esperado. “Cuando trabajas de antenista tienes que pensar mucho cómo haces la instalación, por dónde la pones y cómo la pones”, confiesa advirtiendo que de algún modo esa forma de emplearse tiene mucho que ver con los vericuetos que encierra la elaboración de una novela.
Pese a su gusto por ser antenista, su tenacidad por trabajar para tener siempre un pan que llevarse a la boca le llevó también a varear olivos. Aunque estos fuesen los de Pegalajar (Jaén), algo lejos de su Huétor Tájar de nacimiento. Allí fue a parar al conocer a su mujer y a la hija de esta, a la que quiere como si fuese de su propia sangre. Y fue precisamente en esta localidad jienense en la que un día, trabajando la oliva, la escena final de película se dibujó en su cabeza para crear su primera novela, que aún tardaría un tiempo en escribir.
“Desde que se me metió en el cerebro aquel día hasta que empecé a escribirla pasó un año”, explica Custodio Pérez. Y aquí el azar también jugó su papel. “Mi sobrina nos comentó que había un concurso de literatura y le dije a mi mujer que tenía un libro en mi cabeza”. A lo que su mujer, a la que él considera como su mejor aliada y “mayor crítica” como literato, le animó a que la escribiese. Empezando así una carrera que, desde aquel 2021, hasta ahora, ha cambiado radicalmente.
Y la escribió. No en un portátil ni en una vieja máquina de escribir, sino en el lugar menos pensado: el móvil. Deslizando el dedo por el teclado, con las manos curtidas del campo y la mente encendida por la historia que no lo dejaba dormir. “Lo escribí entero en el móvil, palabra a palabra. No tenía ordenador ni sabía de programas de escritura, pero tenía la historia dentro y tenía que sacarla”. Así nació ‘Granada oscura’, su primera novela, que no sólo dio nombre a un libro, sino también a un modo de mirar el mundo.

Un escritor autodidacta
Porque Custodio escribe con la mirada del que ha vivido. De quien sabe lo que cuesta llenar la nevera y también lo que duele sentirse invisible. Sus personajes son gente corriente, “personas que podrían vivir en tu barrio”, dice. Y quizá por eso conectan tanto con quien los lee: porque su literatura, como su vida, no tiene artificios.
Después de aquella primera novela vinieron muchas más. Nueve en total -relacionadas con Andalucía-, y una décima en camino, escrita con el mismo impulso que la primera, pero con más oficio. “Jesús Lens -escritor y columnista- me enseñó a volar la mente”, reconoce. Con él aprendió que la intuición también se entrena, que las tramas necesitan aire y que las historias se sostienen cuando los personajes respiran. “Yo antes lo hacía todo por instinto. Luego entendí que lo que hacía sin saberlo era lo que hacen los escritores de verdad”.
Entre cada libro, Custodio ha seguido cuidando de su casa, cocinando, regando las plantas y lidiando con los vértigos que a veces lo dejan sin equilibrio, pero nunca sin ganas. “La enfermedad me ha quitado muchas cosas, pero me ha regalado tiempo para escribir”, confiesa sin dramatismo. A su lado siempre está su mujer, que lee cada página antes que nadie. “Es mi correctora, mi crítica y mi fan número uno. Si algo no le gusta, me lo dice sin tapujos”. Juntos forman un equipo de vida y de letras que ha resistido los golpes de la suerte y los vaivenes de la salud.
Hasta que un día, el azar volvió a cruzarse en su camino, otra vez con el mismo tono de película que marcó su inicio. Custodio soñaba con que David Broncano leyera su novela y, de algún modo, su determinación fue más fuerte que cualquier algoritmo. “Llevaba un año soñando con ir a La Revuelta. Pensé: si consigo regalarles el libro, algo pasará”. Y pasó.
Primero fue como público, con un gesto tan sencillo como audaz: ofrecer su novela digitalmente al público que llenaba el plató. Luego vino la llamada, cuando faltó un invitado y su nombre apareció escrito en un camerino. “Había un plato de jamón y otro de queso. Pensé: ¿dónde me he metido?”. Aquel día, el país entero descubrió al escritor que escribía novelas en el móvil y vareaba olivos en Pegalajar. La naturalidad con la que habló, su manera de agradecer, su ternura desbordada, hicieron el resto. En pocas horas, ‘Granada oscura’ era número uno en ventas en Amazon. Su perfil en redes sociales ha explotado en seguidores, recibiendo muchos mensajes que le ilusionan y alguna que otra oferta editorial.
“Todavía no me lo creo y estoy intentando asimilarlo”, dice, con una mezcla de orgullo y asombro. Pero más allá del éxito, lo que ha cambiado en Custodio no es la forma de escribir, sino la conciencia de lo que significa hacerlo. “Ahora sé que la gente me lee, que mis historias acompañan. Y eso me da una responsabilidad nueva”. Su nueva novela, aún en corrección, promete abrir una etapa distinta: “Esta vez es para todos los públicos, pero sigue teniendo mi sello. Mis personajes siguen escuchando música, cada uno con su banda sonora, porque en la vida real también somos eso: las canciones que nos acompañan.”
Por eso, cuando se le pregunta cómo quiere despedirse de la gente que lea esta entrevista, no duda. Sonríe y cita al referente que mejor define su manera de entender el mundo: “Una frase de Jimi Hendrix que es: cuando el poder del amor venza al amor del poder, el mundo conocerá la paz”. Y quiénes somos nosotros para no creer en el poder del amor y llevarle la contraria al realismo mágico en el que se ha instalado Custodio Pérez. Que el amor y la literatura converjan en paz.