Tiempo:2 horas +Marcas:1 pastel
Los pasteles de frutas llevan consigo una cierta ceremonia: la larga lista de ingredientes, el horneado lento, la promesa de conservarlos durante semanas. La verdad es que no son difíciles de hacer, aunque unos cuantos toques cuidadosos pueden marcar la diferencia.
Esta tradición de preparar el pastel con mucha antelación es la razón por la que muchas familias todavía observan el “domingo de agitación” (el último domingo antes del Adviento) como el día para preparar y mezclar su pudín o pastel navideño para lograr un desarrollo óptimo del sabor.
Forrar el molde con dos capas de papel de hornear aísla el pastel del calor del molde para hornear, para que los lados no se cocinen demasiado rápido. Elegir frutos secos de la mejor calidad garantiza una miga húmeda y sabrosa, y untar el pastel con un poco más de alcohol sella la frescura y prepara el pastel para una maduración lenta. El pastel se puede comer dos semanas después de hornearlo y se conserva hasta por seis meses, pero es óptimo entre cuatro y seis semanas.
Hornear el pastel en un molde cuadrado de 23 cm facilita dividirlo en cuatro pasteles más pequeños para regalar, pero también se puede preparar en un molde redondo de 23 cm de profundidad.
decorando el pastel
Cuando el bizcocho haya madurado, podrás decorarlo para la mesa, eligiendo un método de decoración que se adapte a tu estilo. Cualquiera que sea el método que elijas (un arreglo creativo de frutos secos y nueces, o mazapán, fondant y glaseado), comienza aplicando una fina capa de mermelada de albaricoque caliente a la superficie, que actúa como pegamento.
Para un acabado como una joya decora la parte superior unos días antes de Navidad con nueces o almendras enteras ligeramente tostadas y frutos secos enteros como albaricoques, ciruelas pasas e higos.
Para un acabado clásico y pulido Primero querrás aplicar una capa de mazapán y luego fondant. Es mejor realizar este método una semana antes de servir para permitir que el mazapán se asiente sin que se seque demasiado.
Espolvoree ligeramente la mesa de la cocina con azúcar glas (no con harina). Tome un bloque de 500 g de mazapán comprado en una tienda. Amasarlo brevemente para que quede flexible y luego extenderlo hasta obtener un grosor de 2-3 mm. Enróllelo hasta darle una forma un poco más grande que la parte superior y los lados del pastel combinados.
Enrolla sin apretar el mazapán sobre el rodillo. Desenróllelo con cuidado y colóquelo sobre el pastel, comenzando desde el centro. Primero alise suavemente la parte superior, luego avance hacia los lados, expulsando las burbujas de aire atrapadas. Recorta cuidadosamente el exceso de mazapán en la base con un cuchillo afilado.
Cepille ligeramente toda la superficie del mazapán con agua hervida fría. Esto proporciona una superficie ligeramente pegajosa para el fondant y ayuda a que se adhiera.
Tome unos 750 g de fondant (pasta de azúcar) comprado en la tienda. Puedes agregar unas gotas de colorante alimentario si lo deseas para obtener un color personalizado. Extiéndalo hasta obtener un espesor uniforme de 3-4 mm. Coloque la capa de fondant sobre el mazapán, utilizando el mismo método del rodillo que antes.
Trabaje rápidamente para alisar la parte superior y los lados, eliminando todas las bolsas de aire y arrugas. Recorta los bordes cuidadosamente en la base.
Una vez que el glaseado esté completo, puedes agregar tus toques festivos finales:
- Tubería: Coloca un borde decorativo (como un patrón de concha o cuerda) alrededor de los bordes superior e inferior del pastel usando glaseado real.
- Cinta: Para una apariencia más simple, ate firmemente una cinta festiva apta para alimentos alrededor de la base.
- Ingredientes: Añade elementos decorativos como ramitas de acebo sintético, rodajas de naranja confitada o racimos de frutas enteras glaseadas (cerezas, piña, etc).












