Los viajeros estadounidenses han vivido un otoño turbulento. A las habituales demoras y cancelaciones provocadas por la alta demanda previa a Thanksgiving, se sumaron los efectos del reciente cierre del gobierno federal, que paralizó temporalmente la industria aérea y puso en jaque la capacidad de respuesta de aerolíneas y aeropuertos en todo el país.
El cierre, el más largo en la historia de Estados Unidos, finalizó el miércoles por la noche, cuando el presidente Donald Trump firmó el proyecto de ley que permitió la reapertura del gobierno. Sin embargo, expertos del sector advierten que la recuperación total de los vuelos podría tardar más de una semana.
Recuperación gradual
Durante el cierre, una parte importante de los controladores aéreos trabajó sin recibir salario, y muchos decidieron no presentarse. Esa ausencia provocó una escasez de personal crítico, que obligó a la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) a emitir una orden de emergencia para reducir progresivamente los vuelos en 40 de los principales aeropuertos del país.
El Departamento de Transporte (DOT, por sus siglas en inglés) confirmó que las reducciones se detendrán en un 6%, en lugar del 10% inicialmente previsto, ya que más controladores han regresado a sus puestos. Las operaciones permanecerán en ese nivel hasta que la FAA considere seguro aumentar la frecuencia de vuelos.
“El equipo de seguridad de la FAA está animado al ver que el personal comienza a estabilizarse, y creemos que es prudente pausar la reducción de vuelos mientras analizamos la evolución del espacio aéreo”, declaró el secretario de Transporte, Sean Duffy. “Si las tendencias siguen siendo positivas, presentaremos un plan para reanudar las operaciones normales”, añadió.
¿Se normalizarán los vuelos antes de Thanksgiving Day?
El secretario Duffy aseguró el martes que espera que los problemas se resuelvan antes del pico de viajes de Acción de Gracias, que este año movilizará a millones de personas entre el 26 y el 30 de noviembre.
La asociación Airlines for America, que representa a las principales aerolíneas estadounidenses, coincidió en que la reapertura del gobierno permitirá restablecer operaciones antes del feriado, aunque el proceso tomará tiempo.
“Las aerolíneas no pueden simplemente accionar un interruptor y volver a la normalidad tras una votación. Habrá efectos residuales durante varios días”, explicó el presidente del grupo, Chris Sununu.
Por su parte, Delta Air Lines comunicó que espera operar a plena capacidad en los próximos días, mientras que otras compañías, como United y American Airlines, están reajustando sus itinerarios para recuperar los vuelos cancelados.
La especialista en viajes Katy Nastro, de Going.com, señaló que es improbable que el caos actual se prolongue hasta la semana de Acción de Gracias, aunque las carencias de controladores podrían seguir generando demoras aisladas. “Si seguimos con déficit de personal, habrá interrupciones, pero no del nivel que vimos durante el cierre”, explicó.
Escasez de controladores: un problema de fondo
La falta de controladores aéreos no es nueva. De hecho, el propio secretario Duffy reconoció que, incluso antes del cierre, se jubilaban en promedio 4 controladores al día. Durante el cierre, esa cifra subió a entre 15 y 20 diarios, lo que agrava una crisis de personal que podría extenderse durante meses.
“Este problema persistirá en la aviación estadounidense mucho más allá de la reapertura del gobierno2, advirtió Duffy.
La escasez también ha afectado a los puntos de control de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), especialmente en aeropuertos de alto tráfico como Houston y Atlanta, donde los pasajeros enfrentaron largas filas debido a la falta de personal.
Consejos para viajar sin contratiempos para celebrar Thanksgiving
Los expertos recomiendan a los viajeros prepararse con antelación y mantener la flexibilidad ante posibles cambios. Entre los consejos más útiles:
1) Descargar la app de la aerolínea y activar las notificaciones en tiempo real sobre cambios de puerta, demoras o cancelaciones.
2) Usar aplicaciones de terceros como FlightAware, Flighty o TripIt, que ofrecen alertas anticipadas y opciones de seguimiento de vuelos.
3) Investigar rutas alternativas antes del viaje. Plataformas como Hopper ofrecen servicios de asistencia por interrupciones que permiten reubicar al pasajero en otra aerolínea.
4) Llegar temprano al aeropuerto: al menos 2 horas antes para vuelos domésticos y 3 para internacionales. Durante las fiestas, conviene considerar incluso más tiempo.
5) Optar por vuelos tempranos: según Hopper, los vuelos que salen entre las 5 y las horas tienen la mitad de probabilidades de retrasarse en comparación con los programados después de las 9.
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