En la provincia de Lugo, el municipio de Meira se encuentra en un entorno de media montaña donde confluyen bosques, praderas y pequeños cursos de agua que dan origen a algunos de los ríos más importantes de Galicia. Entre ellos destacan el Miño y el Eo, cuyo nacimiento se localiza en puntos próximos de esta sierra.
El relieve combina lomas, formaciones rocosas y arroyos que, al juntarse, conforman los cauces principales de estos dos ríos. Los senderos que recorren estas zonas permiten observar de cerca cómo se forma un río desde sus primeras etapas y cómo varía la vegetación según la altitud y la humedad del terreno.
Los caminos que atraviesan Meira facilitan acercarse al inicio de estos dos ríos sin necesidad de alta experiencia en montaña. A lo largo del recorrido se alternan tramos pedregosos, praderas y bosques atlánticos con especies como robles, castaños y abedules. Estos itinerarios permiten estudiar la relación entre el relieve y la hidrología, mientras se observan los cambios de paisaje desde las zonas más secas del nacimiento del Miño hasta las márgenes húmedas del valle del Eo.
La ruta Miño-Eo que te lleva al nacimiento del río
La Ruta Miño-Eo arranca en el Pedregal de Irimia, a unos 2,5 kilómetros del centro de Meira, y se extiende por 17,2 kilómetros hasta aproximarse al río Eo. La dificultad se considera media-alta, sobre todo por los desniveles y la irregularidad del terreno. La duración estimada para recorrerla de manera continua es de cinco horas, aunque el tiempo puede variar según el ritmo y las condiciones meteorológicas. El trazado es lineal, pero existe la opción de completarlo como circuito, añadiendo cerca de cuatro kilómetros para regresar al punto de inicio por un sendero paralelo.
Desde el área de descanso del Pedregal, donde hay aparcamientos y paneles informativos, el sendero asciende entre bloques de granito que marcan el origen del Miño. La superficie es irregular, con piedras de tamaño variable que dan cuenta de procesos de erosión y deshielo antiguos. Tras esta sección inicial, el recorrido avanza por praderas abiertas y bosques donde predominan los robles y castaños, alternando claros y zonas más densas que permiten observar la transición de ecosistemas mientras se sigue el curso del río.

A mitad de camino se encuentra la cascada de A Mexadoira, en el Rego de Murias, con una caída de aproximadamente 15 metros. El acceso está señalizado y cuenta con un sendero lateral que conduce hasta la base del salto de agua, aunque la pendiente y la humedad exigen precaución, especialmente en días de lluvia. Tras esta sección, el itinerario desciende hacia el valle, donde se localiza la central hidroeléctrica de A Treita, que sirve como punto de referencia antes de alcanzar la zona final.
El tramo final que conduce a El Estreito destaca por la densidad de la vegetación y la diversidad de especies, entre las que se incluyen nogales, cerezos y pinos. La variación del paisaje, desde las piedras secas del nacimiento del Miño hasta los márgenes húmedos del Eo, permite observar cómo la sierra de Meira actúa como divisoria natural de aguas y cómo la vegetación responde a los cambios de altitud y humedad.
Para quienes no deseen recorrer la totalidad de los 17,2 kilómetros, existen dos itinerarios circulares señalizados que permiten reducirla y regresar al punto de inicio sin recorrer todo el trayecto. También es posible tomar un atajo señalizado después de la cascada de A Mexadoira, reduciendo la distancia total. Estas opciones facilitan la participación de visitantes con distintos niveles físicos y disponibilidad de tiempo.