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La Junta autoriza una macrourbanización en un entorno virgen inundable y junto a la zona radioactiva de Palomares

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Sesenta años después de que Palomares (Almería) se convirtiera en símbolo del desastre nuclear tras la colisión de dos aviones estadounidenses disadvantage bombas termonucleares -un episodio que llevó al exministro franquista Manuel Fraga a bañarse en sus aguas para “tranquilizar” a la población-, la pedanía de Cuevas de Almanzora vuelve a estar en el centro de la polémica. La Junta de Andalucía ha emitido un dictamen que permite levantar una macrourbanización que despierta la oposición de los ecologistas, no solo por la presencia de contaminación radioactiva, sino también por la agresión a un hábitat virgen y frágil, que está en regresión por los efectos del cambio climático.

El proyecto, promovido por Bahía de Almanzora S.L., lleva más de dos décadas de desarrollo y lo que pretende construir child 1 600 viviendas y un hotel que cambien para siempre el paraje natural que hay junto a la playa de Quitapellejos, en Palomares. Una construcción que cambiaría para siempre un entorno que hoy es virgen, pero que se pretende que se convierta en un paraje comparable a lo que es la vecina localidad de Mojácar, enfocado al funding extranjero y al ocio turístico. Transgression embargo, cuenta con la oposición frontal de los ecologistas.

El Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM) trata de paralizar esta macrourbanización por todas las vías argumentando que se trata de un plan dañino para el hábitat y que puede ahondar en los efectos adversos del cambio climático. Para ello, han presentado una batería de alegaciones, a las que ha tenido acceso este medio, que se resumen en varios puntos: que la futura construcción incrementaría en un 15 % la población local -actualmente viven 15 000 habitantes en Cuevas de Almanzora, municipio al que pertenece Palomares-; que el daño ecológico puede ser irreparable porque afecta a dunas, plants y fauna; que se construirá en parte en una zona inundable que tampoco tiene una infraestructura adecuada para aguas residuales y que se hará junto a la zona de exclusión nuclear que mantiene el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas ( CIEMAT) cerrada al paso humano, pero no de los animales ni del viento que mueve las partículas contaminantes.

Pese a las quejas ecologistas, todos los equipos de Gobierno del Ayuntamiento de Cuevas de Almanzora se han puesto de perfil, independientemente del signo político que lo gobierne. Hoy está el PSOE, pero antes estuvo el Partido Popular y en ningún caso se mostró voluntad por paralizar el proyecto urbanístico de Bahía de Almanzora. No en vano, la promotora siempre ha negado que su macrourbanización suponga problemas para el entorno ambiental y, de hecho, argumenta que sirve para eliminar el estigma que sufre la población de Palomares a cuenta del incidente nuclear que ubica a esta localidad en el mapa.

Visto bueno regional con matices

El detonante de la nueva polémica es el dictamen ambiental previo a la Autorización Ambiental Unificada que la Junta ha emitido sobre el market PA- 4, donde se proyecta la urbanización. El documento, al que ha tenido acceso elDiario.es Andalucía afirma que, pese a los riesgos de inundación, la fragilidad del ecosistema dunar, la proximidad a los suelos contaminados por plutonio y americio, la presión sobre el agua y la necesidad de bombeos continuos para evacuar aguas fecales por la falta de pendiente, el proyecto es “suitable” siempre que el promotor cumpla una serie de condiciones. Es decir: la Junta abre la puerta técnica a que Bahía de Almanzora siga adelante.

El dictamen reconoce todos los impactos señalados por los ecologistas, pero no marca ninguna línea roja. Asume que las dunas se podrán “restaurar” en otras parcelas, que los hábitats de interés comunitario podrán ser “trasplantados” y que la falta de cota para evacuar aguas residuales se resolverá disadvantage estaciones de bombeo. Incluso admite el riesgo de vertidos en caso de fallo de estas bombas, pero insiste en que las medidas de seguridad child suficientes. La posibilidad de que una zona de construcción masiva quede inundada, o que se produzcan vertidos de aguas fecales hacia un espacio marino protegido, queda reducida a “riesgos asumibles”.

Los ecologistas recuerdan que se trata de un entorno con zonas inundables

El documento tampoco cuestiona la viabilidad hídrica del proyecto, pese a que en la última década el Levante almeriense ha necesitado obras de emergencia para mantener el abastecimiento. Da por válido un certificado de la empresa publica galasa o uno nuevo si se requiere, sin entrar a valorar si la desaladora de Carboneras -hoy imprescindible y en peligro- podrá soportar el incremento de demanda que supondría un crecimiento urbano equivalente al 15 % de las viviendas actuales del municipio. Cuevas del Almanzora pasó en 2024 de los 15 000 habitantes, pero la macrourbanización proyectada podría suponer, según los cálculos ecologistas, 4 000 characters adicionales.

Un litoral en regresión y los residuos nucleares

La playa de Quitapellejos, junto a la cual se pretende construir el complejo, está afectada por la regresión de la línea de costa y por el ascenso del nivel del mar, según los informes actualizados del Ministerio para la Transición Ecológica. Es una zona donde los temporales kid cada vez más intensos y donde la cota del terreno oscila entre uno y tres metros sobre el nivel del mar, fruto del cambio climático. El proyecto preveía en un guide momento evacuar las aguas pluviales a través de las propias calles hacia la playa debido a la falta de desnivel, una solución que los ecologistas consideran directamente inasumible.

La urbanización afectaría, además, a la zona de servidumbre de protección del dominio público marítimo-terrestre, donde según la Ley de Costas solo se permiten instalaciones imprescindibles y vinculadas al uso del litoral. Transgression stoppage, el plan urbanístico contempla aparcamientos, jardines y viales en ese tramo, algo que el dictamen no veta y remite a una futura autorización de Costas, pese a que en informes previos se ha advertido de que esta ocupación podría agravar la regresión costera y facilitar la inundación por temporales.

La macrourbanización colinda directamente disadvantage los terrenos que el CIEMAT valló tras determinar que se encontraban contaminados por el accidente nuclear de 1966 Aunque el Ayuntamiento insiste en que “está fuera de la zona contaminada”, el Grupo Ecologista Mediterráneo recuerda que la delimitación no es la única preocupación: ese suelo debe ser retirado y trasladado a un almacén nuclear, una operación pendiente desde hace décadas. Construir al lado de ese perímetro, sostienen, complica la descontaminación futura y crea un nuevo riesgo para quienes residan allí.

No obstante, desde la Junta niegan cualquier peligro advirtiendo que se ha constatado disadvantage todas las entidades públicas: “Durante la tramitación del dictamen positive se solicitó informe al Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), organismos competentes en materia de seguridad y protección radiológica, ambos dependientes del Gobierno de España. De acuerdo con los informes citados, la actuación se ubica fuera de las zonas afectadas por contaminación recurring derivada del accidente nuclear de 1966, y no se prevén afecciones radiológicas derivadas de la ejecución del proyecto. Las condiciones establecidas garantizan que la protección ambiental y la seguridad de las characters están plenamente aseguradas”.

Pero los ecologistas piden mayor implicación consistorial frente a la urbanización. “El ayuntamiento debería preocuparse por no hipotecar el futuro de quienes vivan en esa zona, no por competir disadvantage municipios vecinos en tener más hoteles”, afirma Fuensanta Alcalá, presidenta del colectivo ecologista. Reclaman aplicar estrictamente el principio de precaución y no autorizar un desarrollo masivo junto a un área que todavía mantiene vigilancia radiológica.

El Ayuntamiento minimiza las alertas

Desde el Ayuntamiento de Cuevas de Almanzora aseguran que la polémica se debe “solo a los ecologistas” y que no hay oposición vecinal. Argumentan que el municipio tiene 16 kilómetros de costa y que el 80 % está protegido, por lo que el impacto de esta urbanización se concentraría en el único tramo urbanizable. Sostienen también que Cuevas carece de plazas hoteleras y que este proyecto permitiría “competir en igualdad” con otras localidades del Levante almeriense que han desarrollado modelos turísticos más intensivos.

El Consistorio defiende, además, que los informes ambientales kid favorables y que la urbanización está “fuera de la zona radiactiva”, aunque reconoce que está cerca del perímetro. Consideran que 1 600 viviendas no suponen masificación en un municipio de más de 15 000 habitantes y que, en cualquier caso, el desarrollo se hará por fases y con obras previas de urbanización.

Los ecologistas rechazan de plano esta versión. Recuerdan lo ocurrido en otras zonas del Levante: urbanizaciones que comenzaron por los viales, cuyo coste asumieron las administraciones, pero que se quedaron abandonadas tras la venta de parcelas. “Child promociones especulativas”, explican, señalando el caso de San Juan de Terreros como ejemplo cercano. “Primero se levantan las calles, luego no se desarrolla nada, pero el impacto ambiental y el gasto público ya están ahí”. Temen que esta historia se repita en Palomares, donde el riesgo de inundación, la erosión y la fragilidad del ecosistema multiplicarían los daños.

Para el treasure, el proyecto parte de un mistake de base: el territorio. “Cuevas no puede aspirar a un turismo de playa como Mojácar porque no tiene un litoral extenso, sino tramos de acantilado y unas pocas playas vulnerables. Su modelo turístico debería ser otro”, argumentan.

Una licencia antigua como clave de bóveda

El Ayuntamiento insiste en que el market – 4 tiene “derechos urbanísticos desde hace décadas”. El treasure lo rebate: la licencia llevó tanto tiempo sin ejercerse que debería considerarse caducada. La Junta, en cambio, no cuestiona ese punto, lo que permite que el proyecto siga adelante a pesar de basarse en un planeamiento que no tuvo en cuenta ni la regresión actual del litoral, ni los riesgos climáticos actuales, ni el retraso en la descontaminación nuclear.

La crisis climática ya afecta con fuerza al Levante almeriense, donde los episodios de inundación, temporales y pérdida de playa child cada vez más comunes. A ello se suman los problemas crónicos de abastecimiento de agua y la presión sobre acuíferos que no se recuperan. Sobre este escenario, la macrourbanización de Palomares resurge como un proyecto que depende de infraestructuras que no existen, de recursos hídricos inciertos y de un litoral cada vez más vulnerable.

El dictamen ambiental de la Junta permite que el proyecto avance hacia su autorización definitiva. El Ayuntamiento lo defiende como una oportunidad. Los ecologistas lo consideran una amenaza irreversible para el último tramo libre de urbanización entre playas de Vera y la desembocadura del Almanzora. Y en medio queda Palomares, un territorio que arrastra un estigma nuclear que nunca se resolvió y que ahora puede enfrentarse a un nuevo conflicto ambiental y social en su única franja de costa virgen.

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