Jermaine Shaffer, entusiasta de los autos de Hayward, recuerda el bache en Hesperian Boulevard que solía estrellar su Chevrolet Fleetline 1947 contra el asfalto, rompiendo el guardabarros y el capó de color ónix que él mismo armó.

Sin embargo, en los últimos cinco años, la ciudad de Hayward ha avanzado mucho para mejorar sus carreteras más utilizadas y deterioradas, y Shaffer, junto con el resto de la comunidad de automóviles clásicos de East Bay, ha sentido la diferencia en sus propios viajes suaves.

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