Aliança Catalana, la formación de nuevo cuño que ha enarbolado el ideario de la extrema derecha internacional desde posiciones independentistas, se estrenó en el Parlament hace poco más de un año, en septiembre pasado. Lo hizo con una pregunta sobre un violador reincidente, a la que siguió otra sobre el tratamiento que los medios públicos daban a su propia formación. La tercera tuvo por objeto preguntar sobre el gasto que suponían unos menores inmigrantes alojados de emergencia por la Generalitat.
Estos primeros compases del partido en la Cámara catalana ya suponían una muestra bastante representativa de lo que sería su actividad el siguiente año. Seguridad, inmigración y asuntos que les afectan a ellos mismos como partido han monopolizado hasta la mitad de la actividad de las dos diputadas de Aliança.
Por contra, la cuestión independentista apenas ocupa su tiempo, con menos del 8% de intervenciones dedicadas a esta materia, lo que la coloca como la sexta prioridad. Las dos diputadas de Aliança han destacado también por su baja actividad: han presentado solo tres propuestas de resolución fuera de debates monográficos y han faltado al 88% de las comisiones.
Este diario ha analizado una por una el conjunto de actuaciones del grupo que dejan registro en el Parlament de Catalunya. Son poco más de un centenar, contando las intervenciones en el pleno, las preguntas orales y por escrito, las mociones, las peticiones de comparecencia y las propuestas de resolución. De esta contabilidad se han excluido los plenos monográficos, donde solo caben propuestas sobre la temática específica de la sesión, pero no así los dos debates de política general, donde cada partido elige libremente los temas a tratar.
El resultado de este análisis es que la inmigración es el tema predilecto de Aliança Catalana, con cerca de un tercio de las intervenciones y resoluciones dedicadas a este asunto. A diferencia de lo que ocurre con otras formaciones de extrema derecha en Europa, que tienen un abanico más amplio de temas, el partido que gobierna en la localidad de Ripoll ha hecho de la cuestión de los extranjeros su gran fetiche.
Orriols, que ha llegado a definirse como “islamófoba”, registra la mayoría de intervenciones orales en pleno relacionadas con la inmigración de religión musulmana. De hecho, las dos únicas mociones presentadas en todo el año tenían por objeto el velo islámico y los procesos de radicalización en mezquitas.
Aliança considera que Catalunya está cerca de convertirse en parte de un “califato con sede en Madrid” y propone crear un “registro de arraigo territorial”, a través del cual priorizar a las personas que llevan más años en un municipio a la hora de acceder a derechos como la vivienda. Además, hacen reclamaciones como una “moratoria en la entrada de la inmigración para proteger el catalán, reducir el paro y garantizar una integración real”.
La abultada atención que Orriols y los suyos prestan a la inmigración contrasta con las pocas intervenciones dedicadas a la independencia, la cuestión nacional o incluso la lengua catalana. “El tema del independentismo es el punto uno para nosotros. Se da por sentado y por supuesto que Aliança quiere hacer valer el 1-O y la DUI y no hace falta ir planteándolo en cada momento”, explican a este diario fuentes del partido.
Desde la formación además justifican que el tema migratorio sea el más frecuente porque “la inmigración ilegal es la que genera más controversia y más problemas”. Esas mismas fuentes puntualizan que lo que Aliança rechaza es “la inmigración ilegal que llega sin papeles, agrede y ocupa”, no así la de “nuestros abuelos que vinieron de Andalucía o Murcia y forma parte de Catalunya hable o no catalán”.
Otro de los temas frecuentes de los de Orriols es la seguridad, que ocupa el cuarto lugar en sus preocupaciones. Una materia que de forma sistemática mezclan con la inmigración, hasta tal punto que la mayoría de cuestiones relativas a la seguridad acaban en sus intervenciones relacionadas con la extranjería. En una propuesta presentada el mes pasado sobre la seguridad en las prisiones, Aliança señalaba a la población reclusa migrante, destacando incluso el porcentaje de marroquíes, como detonante del aumento de agresiones a los funcionarios.
En otra de sus resoluciones, en este caso una de las primeras que registraron en el Parlament, dejaban claro que para ellos migración y seguridad son prácticamente el mismo tema cuando escribieron: “La inmigración ilegal supone un desafío para el orden público, la seguridad ciudadana y la sostenibilidad de los servicios públicos”.
La carpeta que tiene que ver con la cohesión territorial es otra de interés para la formación. En ella se agrupan cuestiones diversas como los peajes en las autopistas o las zonas de bajas emisiones, dos políticas a las que se oponen frontalmente. Además, todo lo relacionado con el sector primario es de gran importancia para un partido que, si bien nació en una comarca con gran tradición industrial como el Ripollès, interpela a una Catalunya donde la actividad agraria y ganadera tiene mucho peso.
Otra temática en la que la extrema derecha independentista se ha empleado a fondo son las iniciativas autorreferenciales, donde preguntan por cuestiones que les afectan a ellos mismos. Por ejemplo, Orriols dedicó algunas de sus primeras intervenciones en el pleno y preguntas en la sesión de control a Salvador Illa a cuestionar el cordón sanitario que los partidos de izquierdas habían pactado hacía ella y también hacia Vox.
También utilizan el Parlament para preguntar por cuestiones relacionadas con el Ayuntamiento de Ripoll, donde Orriols es alcaldesa, o para criticar la entidad Teixim Ripoll, una plataforma antirracista de su municipio.
Siguiendo con las cuestiones autorreferenciales, Orriols también presentó preguntas parlamentarias sobre el tratamiento a su partido en los medios públicos y llegó a plantear una resolución contra un podcast independiente en el que hablaron de ella. La obsesión de Aliança con los medios, públicos y privados, queda patente en la asistencia a las comisiones: de las 37 veces que han acudido en total, cuatro han sido a la comisión que controla 3Cat.
La asistencia a las actividades del Parlament es una de las asignaturas pendientes para Orriols. Cuando los grupos son muy pequeños, como es su caso, es habitual no acudir a una parte de las comisiones. Pero Aliança destaca con una presencialidad mucho más baja de la habitual para su tamaño: de 299 sesiones celebradas hasta el mes pasado, solo han estado en 37. Algunas comisiones, como Cultura, Igualdad y Feminismo, Juventud, Transición Ecológica o Acción Exterior ni siquiera las han pisado aún.
A las que más dedicación les han puesto son la de Seguridad, Salud, Derechos sociales y la que controla los medios públicos catalanes, a las que han acudido entre 5 y 4 veces. Orriols, de hecho, solo ha asistido a 8 sesiones en todo un año.
Preguntados por esta cuestión, fuentes del partido aseguran que Orriols prioriza el trabajo en el Ayuntamiento de Ripoll, pese a que, cuando debió elegir entre el sueldo de una de las dos instituciones que compatibiliza, la líder de Aliança prefirió cobrar el más abultado salario de diputada, en su caso 57.821 euros según consta en los registros del Parlament.
Desde la formación además consideran que las comisiones son poco útiles y más aún cuando ellos están sometidos a un cordón sanitario que, aseguran, es lo que impide que salgan adelante sus resoluciones y mociones.














