Guerra de banderas en un parque de Aluche. El graderío de la zona verde de Las Cruces, situado entre los distritos de Carabanchel y Latina, ha ido mutando de color en los últimos meses pese a los esfuerzos del Ayuntamiento de Madrid por mantenerlo neutral, fruto de diferentes intervenciones nocturnas.
Como parte de una tradición popular que data de hace más de una década, las gradas han mantenido durante muchos años los colores rojo, amarillo y morado como recuerdo a la enseña oficial española durante los periodos republicanos. Diferentes colectivos sociales se encargaban de su mantenimiento, mientras el consistorio apenas prestaba atención a estos escarceos.
Sin embargo, la pasada primavera el partido Vox llevó una iniciativa al pleno de la Junta de Latina para que el Ayuntamiento borrara la bandera. La propuesta pedía, a pocos días del 14 de abril, que el Gobierno de Almeida procediera “a la restauración de las gradas del parque de las Cruces, retirando la bandera republicana pintada de forma ilegal, y pintándolas de un color uniforme y neutro que respete la estética del entorno y devuelva al espacio su estado original y adecuado, manteniéndolo y conservándolo como desde su origen”.
La propuesta fue aprobada por todos los grupos políticos salvo Más Madrid -luego el PSOE aseguró que su voto favorable se había tratado de un error- y la Junta de Latina procedió a tapar la pintura. “En su día se hizo sin permiso, y se volverá a repetir” advirtieron después del borrado desde la agrupación de Izquierda Unida en el distrito.
Dicho y hecho, a principios de julio volvieron los colores republicanos a las gradas de Las Cruces, sin que ninguna persona ni colectivo reivindicara la acción. Así permanecieron durante meses… hasta el pasado 12 de octubre.
Esa jornada, Día de la Hispanidad, miembros del grupo de ultraderecha Revuelta acudieron a Las Cruces para cambiar la franja morada de la bandera por otra roja, de tal forma que el graderío mostrara la actual enseña nacional. El acto fue reivindicado por la propia agrupación, asegurando que lo hacían para “redignificar el Parque de las Cruces en Aluche, tomado por aquellos que odian todo lo que somos”.
La reivindicación de la bandera “que representa siglos de gran historia, cuando éramos líderes del mundo” se mezclaba con velados mensajes xenófobos y una invitación a sacarse fotos con la bandera y a pasar el día festivo en este parque de Aluche.
En este caso el partido Vox, con quien Revuelta mantiene muchas afinidades, no se criticó el carácter ilegal de la pintada. Tampoco lo hizo el concejal de distrito, Alberto González (PP), quien sí que calificó de “vandalismo” en X que se hubieran cubierto de morado las gradas de este parque de Latina, cuando la concejala de Más Madrid Rita Maestre se hacía eco de la información de Somos Madrid que adelantaba la noticia.
Nueva pintura republicana a los siete días
Pero la acción de Revuelta duró apenas una semana. El domingo siguiente, 19 de octubre, otra acción anónima devolvió la capa morada a la franja inferior del graderío. En esta ocasión la bandera no solo se queda en la sección central de las gradas, como sucedió en el mes de julio, sino que se extendió a todo el graderío, aprovechando el trabajo previo de los que habían teñido de rojigualda el entorno los días anteriores.
















