Desde la Corea de los años 50 hasta la madurez, esta serie traza una historia sobre el primer amor, el sacrificio y todo lo que el tiempo se lleva por delante

Iria del Río y Francesco Carril, protagonistas de ‘Los años nuevos’

A principios de año, las redes sociales se llenaron de gente subiendo fotos con los ojos hinchados de tanto llorar y avisos tipo “no estaba preparada para esto”, pero si no llegaste a descubrir cuál era el motivo de tanto drama, ya te lo decimos nosotros: esta serie coreana creada y dirigida por Kim Won-seokque aunque lo parezca, está muy lejos de ser la típica historia de amor para echar cuatro lagrimones y pasar página. Aquí las estaciones del año y las mandarinas funcionan como metáforas de los ciclos vitalescontando cómo se vive, se ama y se sobrevive cuando la vida rara vez sigue el plan previsto.

El impacto ha sido tal que en CineAfinidad ya figura como la 3ª mejor serie de 2025mientras que en la web de reseñas Tomates podridos se marca un pleno al lograr un 100 % de críticas positivas. Buena parte del mérito recae en dos nombres: Kim Won-seok, especialista en hacerte sentir que la vida es una basura, pero que vale la pena vivirla (como ya hizo en mi señor); la otra es UI, que aceptó el papel casi a ciegas por la confianza absoluta en el director, y cuya química con Park Bo-gum termina de sostener la historia. A eso, se suma una apuesta de producción poco habitual: unos 45 millones de dólares invertidos en recrear el Jeju de mediados del siglo XX con decorados completos, coronándose como una de las producciones más ambiciosas de los k-dramas.

El mejor k-drama de los últimos años te va a hacer llorar. Y mucho

La historia nos sumerge en la vida de Ae-soon (IU), una joven brillante, inconformista y llena de curiosidad que vive en de la isla de Jeju durante la Corea del Sur de posguerra. Nacida en una familia humilde en los años 50se enfrenta desde muy pronto a una realidad marcada por la escasez y las limitaciones sociales, y aunque no puede permitirse ir al colegio, se sigue aferrando a su sueño de ser poeta. En ese contexto aparece Gwan-sik (Park Bo-gum), un chico reservado, trabajador y disciplinado que nunca ha sabido expresar lo que siente con palabras y prefiere demostrarlo con hechos. Se acaba convirtiendo en la sombra de Ae-soon, queriéndola en silencio y protegiéndola de los prejuicios de un pueblo que no entiende por qué ella es tan diferente a los demás.

Su lealtad inquebrantable hacia Ae-soon se convierte en el ancla emocional de la trama: una relación basada en la admiración silenciosa, la paciencia y el apoyo constantemientras ambos intentan salir adelante en una Corea en plena transformación histórica. Y es ahí donde la serie marca la diferencia, porque no se conforma con retratar un primer amorsino que acompaña a sus protagonistas a lo largo de las décadas, saltando entre su juventud, llena de ilusiones, y su madurezmarcada por las renuncias. El resultado trasciende el romance juvenil para transformarse en una crónica íntima sobre el paso del tiempo, los sacrificios y la resilienciamostrando no solo los momentos de alegría y descubrimiento, sino cómo los golpes de la vida y la historia de Corea van moldeando sus caracteres.

Ver ‘Si la vida te da mandarinas…’ en Netflix

Puede que el refrán te suene: “Si la vida te da limones… haz limonada”. El título de esta serie juega precisamente con esa idea, y no es por casualidad. Si la vida te da mandarinas… es una de esas historias que hablan de aprender a convivir con lo que toca, incluso cuando no era lo que esperabas. La tienes disponible en exclusivo en el catálogo de Netflix y es perfecta para quienes les guste disfrutar de las cosas sin prisa: 16 episodios de entre 50 y 65 minutoscon un capítulo final más extenso, que se alarga hasta los 85 minutos.

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