Esta historia originalmente apareció en Noticias internas sobre el clima y es parte del Escritorio climático colaboración.
Puede transmitir enfermedades potencialmente mortales. Es difícil de encontrar y difícil de matar. Y está obsesionado con la sangre humana.
El Aedes aegypti es una especie de mosquito que personas como Tim Moore, director de un distrito de control de mosquitos en la vertiente occidental de Colorado, realmente no quieren ver.
“Vaya, están encerrados en los humanos”, dijo Moore. “Esa es su comida de sangre”.
Esta especie de mosquito es originaria de climas tropicales y subtropicales, pero a medida que el cambio climático eleva las temperaturas y deforma los patrones de precipitación, el Aedes aegypti, que puede propagar el Zika, el dengue, el chikungunya y otros virus potencialmente mortales, está en movimiento.
Está apareciendo en todo Mountain West, donde históricamente las condiciones han sido demasiado duras para que sobreviva. En la última década, las ciudades de Nuevo Méjico y Utah han comenzado a capturar Aedes aegypti en sus trampas año tras año, y apenas este verano se encontró una para el primera vez en idaho.
Ahora, un antiguo barrio residencial en Grand Junction, Colorado, se ha convertido en una de las últimas fronteras para este molesto mosquito.
La ciudad, con una población de aproximadamente 70.000 habitantes, es la más grande de Colorado al oeste de la División Continental. En 2019, el distrito local de control de mosquitos detectó un Aedes aegypti descarriado en una trampa. Era extraño, pero los mosquitos ya habían sido encontrados en Moab, Utah, a unas 100 millas al suroeste. Moore, el administrador del distrito, pensó que habían atrapado a un autoestopista y que el duro clima de Colorado eliminaría rápidamente a la especie.
“Llegué a la conclusión de que era algo excepcional y que no tenemos que preocuparnos demasiado por esto”, dijo Moore.
Tim Moore, gerente de distrito del Distrito de Control de Mosquitos de Grand River, explica que el manejo de una nueva especie invasora de mosquitos en Grand Junction ha requerido que el distrito aumente el gasto en nuevas trampas para mosquitos y en personal.Fotografía: Isabel Escobedo













